El pan de muerto de conejitos de chocolate, ¿de El Globo o La Esperanza?
Cuando se trata de pan de muerto, dos panaderías destacan en la Ciudad de México: La Esperanza y El Globo. Ambas ofrecen una variedad de opciones para satisfacer a los amantes de este delicioso pan tradicional durante la temporada de Día de Muertos 2023.
La Esperanza presenta una gama diversa que incluye opciones como el Pan de Muerto Mediano Mantequilla a 65 pesos, Huesitos a 38 pesos, y Pancito de Muerto Cookies and Cream a 28 pesos, entre otros. Una de sus creaciones más innovadoras es el Pancito de Muerto relleno de Carlos V, que ofrece un giro moderno a este clásico.
La variedad de opciones en La Esperanza incluye el Pancito de Muerto relleno de dulce de leche de La Lechera y el de Pay de Limón, ambos a 28 pesos.
También ofrecen el Pan Relleno de Queso Crema, mermelada de calabaza y pepita caramelizada, decorado con amaranto y pepita caramelizada a 150 pesos.
El Globo
El Globo, por otro lado, es conocido por opciones como el Pan de Muerto relleno de Nata a 62 pesos, y el de Chispas de Chocolate a 33 pesos. Uno de sus productos más populares es el Pan de Muerto Conejito, disponible tanto en versión individual a 79 pesos como familiar a 398 pesos.
En El Globo, los clientes pueden disfrutar del tradicional pan de Naranja a 33 pesos o la versión familiar a 228 pesos. También se destacan por su variedad rellena de Crema de Nuez de 760 gramos a 298 pesos.
Durante la temporada de Día de Muertos, la demanda de este pan aumenta significativamente. Los consumidores buscan opciones que no solo satisfagan su paladar, sino que también capturen la esencia de esta celebración cultural.
La Esperanza y El Globo han logrado crear una identidad propia en esta categoría, cada uno atrayendo a un grupo leal de clientes. La variedad, la calidad y la innovación son elementos clave que definen sus respectivas ofertas de pan de muerto.
Mientras que La Esperanza es conocida por sus opciones creativas y diversificadas a costos más accesibles, El Globo se distingue por ofrecer versiones familiares y rellenos gourmet.
Para todos los gustos
Cada panadería ha adaptado y ampliado su gama de productos para atender las preferencias cambiantes de los clientes y garantizar que la experiencia del Día de Muertos sea memorable.
Tanto La Esperanza como El Globo ofrecen una selección excepcional de pan de muerto, cada uno con sus características distintivas. La elección entre uno u otro dependerá de las preferencias individuales de los clientes, garantizando que la celebración del Día de Muertos 2023 sea tan deliciosa como culturalmente enriquecedora.
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Significado del pan de muerto
El pan de muerto es una delicia, tanto para vivos como para muertos. Durante los últimos años han surgido muchas variedades al pan de muerto tradicional: relleno, ya sea con nata, Nutella, Chocolate, helado, crema… incluso hay quien ya ha experimenta con hamburguesas o tortas preparadas con este pan.
El significado es el siguiente: el círculo que se encuentra en la parte superior del mismo es el cráneo, las canillas son los huesos y el sabor a azahar es por el recuerdo a los ya fallecidos.
Altar de muertos
La tradición de los altares de muertos es el resultado de la amalgama de las culturas prehispánica y española. Originalmente, existía una ofrenda dedicada a la diosa Cihuapipiltin, una figura venerada en honor a las mujeres que perdían la vida durante su primer parto. La creencia popular sostenía que estas mujeres vagaban en el aire, razón por la cual se les ofrecían regalos en los templos o encrucijadas.
Estas ofrendas tradicionales incluían “panes” con formas variadas, como mariposas o rayos, conocidos como xonicuille, elaborados con amaranto, y “pan ázimo”, un tipo de pan hecho de maíz seco y tostado, llamado yotlaxcalli, según lo describe Fray Bernardino de Sahagún. También se ofrecían tamales, denominados xucuientlamatzoalli, y maíz tostado, conocido como Izquitil. El amaranto era un componente predominante en estas ofrendas por ser considerado un alimento especial.
Fray Diego de Durán, en sus crónicas, detalla la ofrenda a Huitzilopochtli, donde la población solo consumía tzoalli con miel durante las celebraciones. Con una mezcla de amaranto y miel de avispa o maguey, se creaba un gran ídolo en representación del Dios, que se adornaba y vestía. También se ofrecían otros “panes”, como pequeñas tortillas, y tras la festividad, los participantes se dividían estos alimentos para su consumo.
El pan de muerto, arraigado en la época de la Conquista y moldeado por rituales prehispánicos, ha emergido como un componente esencial en las ofrendas contemporáneas del Día de Muertos. Este pan, que evoca un profundo sentido de placer y conexión cultural, es especialmente apreciado en las regiones centrales y meridionales de México.
Se ha convertido en un símbolo de la reunión entre los difuntos y sus familias, una tradición que se ha perpetuado a lo largo de los siglos. Cada año, en la conmemoración del Día de Muertos, estas prácticas antiguas resurgen, transmitiendo un legado cultural que entrelaza generaciones y celebra la conexión eterna entre los vivos y aquellos que han partido.