En México, las Fiestas Patrias son un momento de celebración, orgullo y tradición que se vive con gran pasión cada 15 y 16 de septiembre. Y, sin lugar a dudas, uno de los platillos más emblemáticos que forma parte de estas festividades es el pozole.
Esta deliciosa preparación, cuyo nombre proviene del náhuatl “pozolli,” que significa “espumoso,” es una manifestación culinaria que representa la riqueza cultural y gastronómica de México.
El pozole es el platillo típico preferido para festejar el 15 y 16 de septiembre. Según datos de Statista, el 45% de los mexicanos lo consumen durante las fiestas patrias.
Historia y origen del pozole
El pozole no es solo una mezcla de ingredientes, sino un reflejo de la historia y la evolución de la gastronomía mexicana.
Su origen se remonta a la época prehispánica. En ese entonces, este plato tenía un carácter ceremonial y ritual para los aztecas o mexicas, reservado para ocasiones especiales y solo podía ser consumido por los grandes sacerdotes y el tlatoani o emperador.
Este platillo estaba destinado como ofrenda al Dios Xipe Tótec, el señor de la fertilidad, la regeneración del maíz y la guerra.
Su preparación incluía carne humana, que se obtenía de los guerreros sacrificados en ritos religiosos. Esta práctica antropofágica, registrada por Fray Bernardino de Sahagún en su “Historia general de las cosas de la Nueva España,” chocaba con la visión de los conquistadores españoles y sus concepciones religiosas, marcando el inicio de una transformación en la receta del pozole.
Con la llegada de los españoles y la colonización de México, la carne humana fue sustituida por carne de cerdo, que, según se creía, tenía un sabor similar. Esta adaptación en la receta permitió que el platillo perdurara en la cultura mexicana, manteniendo su significado original de festividad y celebración.
A pesar del cambio de ingredientes, se convirtió en una parte esencial de la gastronomía mexicana, fusionando las tradiciones autóctonas con influencias europeas. A lo largo de los siglos, la receta evolucionó y se diversificó en todo México, dando lugar a más de diez variaciones regionales de este plato icónico.
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10 tipos de pozole
De acuerdo con información de MSD Salud Animal en México, estos son los tipos de pozole más consumidos en nuestro país:
- Verde, blanco y rojo: Estos son los estilos más populares en todo el país. La diferencia de color se debe al tipo de chile utilizado para condimentarlos. El pozole verde lleva chiles frescos y tomate, mientras que el rojo utiliza chile ancho y guajillo.
- Pozole mar y tierra: Originario de las costas de Colima, Nayarit y Jalisco, combina caldo de camarón con carne de cerdo, pulpo, camarón y almejas.
- Pozole de frijol: Populoso en Guerrero, este pozole incluye elote, frijol negro, epazote y carne de cerdo.
- Pozole batido: Tradicional de Michoacán, se prepara con maíz colorado y carne de cerdo, a veces se añade pinole para espesar.
- Jalisciense: Uno de los pozoles rojos más icónicos, con carne de cerdo y una mezcla de chiles puya y guajillo.
- Pozole de elote: Creado en Michoacán y Jalisco, sustituye el maíz cacahuazintle por granos de elote.
- Pozole de trigo o garbanzo: Común en el Estado de México, Michoacán y Sonora, se prepara con trigo o garbanzos, junto con verduras como calabaza, nopal, cebolla y zanahoria.
- Pozole seco: Similar al blanco pero sin caldillo, típico de Colima.
- Enchilada de pozole: Una variante que se hornea como un pastel de maíz cacahuazintle, especialmente en la región de La Laguna.
- Pozolillo: En Sinaloa, este pozole se prepara con elote y chile ancho.
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