Cuando hablamos de consumo en nuestro país, vale la pena tomar en cuenta todos aquellos lugares donde las personas suelen adquirir bienes y servicios para el hogar. En otros artículos hemos tocado el tema de la situación del sector detallista, su crecimiento e incluso los grandes jugadores del autoservicio, tanto a nivel nacional como internacional. También se ha profundizado sobre el papel que juegan las empresas del canal mayorista y su repercusión en la cadena de suministro en el artículo “El Crecimiento del Canal Mayorista en México”.
Por otro lado, en el artículo “¿El fin de la tiendita de la esquina?” expuse aspectos relevantes sobre el Canal Tradicional en nuestro país, conformado por más de 700,000 puntos de venta de acuerdo al estudio “¿Quién compra en el Canal Tradicional?” de Nielsen. Sin embargo, aún no hemos tocado el tema de un espacio de convivencia entre consumidor y comerciantes que ha existido en Mesoamérica desde la época prehispánica, cuando se realizaban los trueques entre las diversas culturas mesoamericanas: el tianguis.
La situación actual de la economía del país, así como del comercio en las diferentes ciudades del territorio nacional hace que exista un contraste muy marcado. Como lo comentamos, por un lado están las grandes cadenas comerciales nacionales como Walmart, Chedraui, Soriana, Comercial Mexicana, por otro están los pequeños comercios de misceláneas y tiendas de abarrotes. Y existe un tercer rubro de comercio muy importante para la economía de las familias mexicanas y es precisamente el “mercado sobre ruedas” o tianguis, algunos de ellos no formalizados. De acuerdo a los números de la Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito Federal, tan solo en esta entidad existen aproximadamente 1,420 tianguis y cerca de 80,000 oferentes.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en una década, la economía informal del país disminuyó su contribución al Producto Interno Bruto, al pasar del 27.2% en 2003 al 25% en 2012, generándolo el 59% de la población ocupada que se encuentra en condiciones de informalidad: mientras que 75% del PIB lo hizo el sector formal con 40.2% de la población formal. Además de ello, se calcula que alrededor de 23 millones de personas en México se dedican al comercio informal. Esta cifra podría aumentar, dadas las condiciones económicas negativas que se pudieran presentar en el país.
Si analizamos lo anterior, el tianguis representa una fuente de ingresos importante para distintas familias en México, pero también un espacio donde otras pueden adquirir productos, que en algunos casos tienen un precio menor a los de los establecimientos formales, debido a que en el mercado sobre ruedas no se tienen gastos fijos y variables que sí tiene el comercio formal, lo que permite disminuir el precio de los productos hacia el consumidor. Si me lo preguntan, por supuesto que estoy a favor de la formalidad y me parece que las condiciones para migrar a todos estos comerciantes hacia ello, se deben dar mucho más rápido de lo que actualmente sucede. Esto sin duda beneficiaría a toda la cadena de valor, desde los productores de bienes hasta el consumidor.