Para algunos es fácil tomar decisiones sin pensarlo demasiado, mientras que para otros, tener que decidir puede significar largas horas de sopesar pros y contras, consultar a otros, investigar, y aún después de haber elegido una opción quedarse con la duda…
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Para quienes suelen estar en esa situación más de lo que ellos desearían, o enfrentan la toma de decisión sobre algún tema específico en la que se sienten atascados, los 4 pasos que propone la publicación de motivación, Pick the Brain, pueden venir como anillo al dedo, para convertirse en una persona más decidida.
- No te desgastes con los pequeñas detalles
Tomar decisiones es agotador y de energía la reserva es finita. Mientras más la uses, menos tendrás. Cuando estés por tomar una gran decisión en tu vida, mantén el resto de actividades y situaciones que te rodean, simples.
Barack Obama lo describió muy bien en una entrevista para Vanity Fair: “Ustedes me verán usar sólo trajes grises o azules”. “Estoy tratando de disminuir el número de decisiones. No quiero tener que decidir sobre lo que voy a comer o vestir. Porque tengo demasiadas decisiones adicionales que tomar.”
Es necesario ‘ahorrar’ la habilidad de tomar decisiones, para cuando realmente se necesite. Cuando algo grande o complejo ocupe tus pensamiento, no desperdicies horas pensando en el color del sofá que colocarás en tu salón. Elimina las pequeñas decisiones, establece una rutina (trajes azules toda la semana) o limita a 5 minutos el tiempo para tomar estas decisiones. Simplifica.
- ¿Cuál es la vida que deseas para ti?
Saber lo que quieres es el mayor factor que te ayudará a ser más decisivo. Cuando se tienen varias decisiones que tomar en un proyecto, nada como revisar los objetivos para tomar el camino más idóneo para lograr el fin deseado.
Lo mismo aplica para la vida. Es necesario establecer que quieres de la vida. Escríbelo sobre papel, hasta que tengas una respuesta clara. Incluso puedes hacerlo durante varios días para definir tus metas.
Y sirve para todos los aspectos de la vida. Para saber que tipo de relación quieres, como deseas ser visto por los demás, que trabajo te gustaría tener, etc. Una vez que tengas el objetivo será más fácil tomar las decisiones que te lleven a él.
- Localiza tus miedos
En muchas ocasiones se está indeciso, porque se temen los resultados negativos que puedan obtenerse al tomar una decisión. Algunos de estos miedos son irracionales, otros pueden ser justificados, pero el hecho es que si se ignoran no se llegará a ninguna parte. Se debe manejar el miedo. En vez de escribir acerca de ellos, acércate a ellos, analiza si son justificados y entonces establece un plan para tomarlos en cuenta en tus decisiones.
Hay que recordar que tomar decisiones basadas en los temores, suele contribuir, precisamente a que estos se hagan realidad. Las decisiones son positivas. Se deben tomar en cuenta temores y probabilidades, pero las decisiones deben basarse en lo que deseas lograr.
- Aprende a ‘sintonizar’ con tus corazonadas
Cuando se trata de análisis y decisiones personales complicadas, puede que nuestro subconsciente tenga la mejor respuesta. No se trata de simplificarlo al extremo de ‘sigue lo que te diga tu corazón o tus instintos’, sino de prestar algo de atención a ellos.
El problema es que no siempre es fácil de interpretar lo que nos dice nuestro interior no racional. Por ello se recomienda también tomar en cuenta, en su justa medida, valores y temores, para equilibrar las influencias.
Y para tomar en cuenta lo que dicen tus ‘entrañas’, nada más literal que hacer caso a las señales del cuerpo, donde se manifiestan, más de lo que se cree, el proceso subconsciente de la toma de decisiones. Cuando piense en las diferentes opciones que puede seguir, escuche lo que le dice su cuerpo y tómelo en cuenta.