México, DF.- Dicen que de las derrotas se aprende y, seguramente, luego de la humillante derrota de 7 a 1 que Alemania le proporcionó a Brasil en las semifinales del Mundial, los integrantes del equipo sudamericano tendrán mucho en qué pensar y buscar la manera de corregir los errores.
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Precisamente las fallas, no solo de este último partido, sino de todos los encuentros que ha jugado Brasil hasta el momento los llevaron a tener un fuerte impacto negativo para una de las marcas más exitosas y rentables del futbol internacional.
En el mundo del marketing, la mercadotecnia y la publicidad se pueden tomar ejemplos deportivos para analizar casos de errores que pueden cometer las empresas en sus estrategias o en sus campañas publicitarias.
Tomamos tres situaciones que fueron parte importante de la caída brasileña, las cuales bien pueden ser llevadas al ámbito de las marcas, que se deben tener en cuenta para no cometer los mismos errores brasileños y ser goleados sin piedad.
1.- Dar por un hecho los logros. En el futbol, por reconocimiento y títulos, Brasil es la marca más exitosa de todos los tiempos (cinco copas del mundo lo avalan como el máximo ganador), esta situación llevo al equipo local a jugar sin humildad, dando por sentado en varios partidos que el simple peso de la camiseta asustaría a los rivales, lo que ocurrió con Colombia, y los llevaría a ganar el campeonato como locales, sin necesidad de esforzarse un poco más por obtener la meta planteada.
2.- Sin el peso de un líder. Thiago Silva y Neymar demostraron estar muy lejos de ser los líderes que podrían guiar a Brasil a tener un buen resultado; sin embargo, ante la falta de más jugadores de peso, el entrenador confió que ellos dos podrían ser los comandantes en el campo. Silva por castigo y Neymar por lesión quedaron fuera del partido ante Alemania y su ausencia fue una de las principales razones para la estrepitosa derrota, ya que ninguno de los 11 que jugaron como titulares pudo tomar el mando de Brasil.
3.- “Comidos” por la crisis. Cuatro goles en menos de 10 minutos fue la culminación de una crisis brasileña que se vislumbraba desde el primer partido de Brasil en el Mundial. A Croacia le ganaron con decisiones arbitrales polémicas, con México no pasaron del empate a cero, en octavos de final necesitaron de los penales para ganar a Chile. Estas señales de una crisis no fueron atendidas a tiempo por el entrenador y en el juego semifinal ya no hubo manera de que el equipo reaccionara cuando Alemania los tenía ya en la lona.