Por Pamela Luna
Si bien el consumo mantuvo niveles parecidos a los del año pasado, la cantidad de deudas en México es mayor. La dinámica del mexicano es comprar, endeudarse, trabajar para pagar créditos y poder comprar más. Es un círculo vicioso que vuelve al bienestar un término real a medias.
Un mercado con crecimientos poco espectaculares es como se describe a México en el 2006. Con una inflación de 4.1 por ciento y un Producto Interno Bruto (PIB) que aumentó 4.8 por ciento con respecto del año anterior, ?según el INEGI? la economía en nuestro país puede definirse como estable.
Por su parte, los créditos al consumo estuvieron por arriba de la inflación durante la mayor parte del 2006, pero muestran una tendencia a la baja a lo largo de los primeros meses del 2007. Esto se debe, principalmente, a que el año pasado las instituciones crediticias simplificaron los trámites a los usuarios para la adquisición de tarjetas de crédito, por lo tanto, la población las adoptó sin problemas como un método de pago.
Sin embargo, la facilidad que otorgan estos créditos para la adquisición de bienes es un espejismo, porque su uso no es el más adecuado por parte de los clientes. El producto de los malos manejos es la cartera vencida en México, que alcanza un nivel de casi 16 mil millones de pesos al término del primer semestre del 2007 de acuerdo con datos del Banco de México. De esta cifra, el 40 por ciento corresponde a la deuda en las tarjetas de crédito.