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Marcan datos de desigualdad agenda de género para países latinoamericanos.
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Son México y Colombia, por ejemplo, dos referentes de bajas oportunidades.
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Muestran cómo Marcha 8M es necesaria para visibilizar problemas profundos.
Datos de un reciente estudio demuestran que la mujer latina no ha alcanzado niveles óptimos de igualdad y equidad de género, lo que justifica que hoy, 8 de marzo, se movilicen con la megamarcha del 8M en las calles de todo el mundo para exigir el cumplimiento de sus derechos y justicia social.
Una “desventaja profunda” es lo que se muestra en los resultados del mapeo que se realizó en países de América Latina con más pendientes en temas de inclusión.
Por ejemplo, el informe Danzar en las brumas. Género y juventudes en entornos desiguales en América Latina y el Caribe muestra que el 77 por ciento de las personas en edad laboral, a nivel mundial, que no tienen un empleo remunerado ni estudios son mujeres. Esto, ya que las jóvenes latinoamericanas dedican entre 15 y 30 horas más que los hombres a las tareas de cuidado personal o familiar.
De acuerdo con los organismos, Colombia y México son los países con más embarazos de niñas menores de 15 años, el primero con 4 mil y el segundo con 8 mil; asimismo, las mujeres de la región latinoamericana reportan el doble de nivel de ansiedad que los hombres, con un 27 por ciento frente al 15 por ciento, en gran parte causada por su situación económica.
En México, otra cifra relevante que pone en el ojo del escrutinio la desigualdad es la población indígena que termina, por lo menos, la secundaria, pues sólo son 25 por ciento mujeres en este sector, mientras que en Bolivia sólo hay una trabajadora por cada 10 empleados en áreas de matemáticas y tecnología.
El resultado es abrumador: la mujer joven y latina tiene en mayor proporción ingresos inferiores al salario mínimo.
8M: razones de la mujer latina para marchar
Son 30 los investigadores de una veintena de países los que participaron en el estudio, organizados por la Unesco, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y el Colegio de México.
“Existe la idea de que en realidad las mujeres tenemos los mismos derechos que los varones en todos los contextos e incluso se puede percibir como exagerada la ola verde o las manifestaciones feministas (…) y queremos comunicar que las mujeres jóvenes están en desventajas muy severas, como se vio de manera muy patente con la pandemia: ellas están mucho más vulnerables que los hombres en muchas circunstancias”, apunta la politóloga Laura Flamand.
En 200 páginas, el informe de los tres organismos marcan el panorama actual de equidad para las mujeres menores de 30 años, donde se acumulan injusticias y se entrelazan historias contabilizadas de mujeres perjudicadas por la falta de acción y políticas públicas que las prioricen.
“En el informe hay evidencia muy contundente que muestra que las mujeres siguen sufriendo profundas desventajas entrecruzadas, no nada más que son indígenas o de bajos ingresos o que se embarazaron a una edad muy temprana, sino que es todo eso junto lo que les vulnera a ellas y a sus familias”, declaró a El País la investigadora del Colegio de México.
La desprotección de mujeres es diferente en los países latinoamericanos, pues no sufre la misma inseguridad una joven de Santiago de Chile que una de la sierra de Guerrero, en México; sin embargo, los expertos resaltan cque las desigualdades de género son “profundamente resistentes a las transformaciones”, pues aunque se ha avanzado mucho en el acceso a la educación universitaria de las mujeres, siguen entrando menos al mercado laboral, de hecho México tiene una de las tasas de participación laboral más bajas de la región, y para su nivel de desarrollo, una de las más bajas del mundo.
“Esto es porque ciertas normas de género, expectativas y roles están tan presentes que hacen muy difícil desestructurar los mecanismos de desigualdad, en la participación laboral, la distribución de los cuidados, el tipo de carrera que se escoge, el tipo de habilidades que fomentamos o el tipo de trabajo que se hace en las comunidades rurales”, explicó a medios la investigadora.
Al respecto, el también autor del estudio, Luis Olmeda, pone el dedo en el mismo punto, donde países donde la inequidad es menos visible a primera vista tienen acciones que marcan pauta.
“Chile es uno de los países más exitosos en términos del acceso de las mujeres a la universidad, pero los hombres siguen eligiendo ingenierías y ellas más carreras relacionadas con la enseñanza”, dice.
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