Desde 1997, una presidenta de la Cámara de Representantes del gobierno americano no visitaba Taiwán, y nunca bajo el actual contexto en que el mundo pasa por una guerra en Ucrania y con las condiciones sociales y económicas que aún no se reestablecen del todo después de la pandemia.
Digamos que el timing del viaje no fue el mejor. Sin embargo, nada en política es casualidad y el periplo de Pelosi por Asia, impulsa una agenda por demás explosiva que por el momento hace olvidar al gran elector americano los problemas de la agenda doméstica que rebasan hasta ahora al Presidente y al partido demócrata en el poder.
Nos referimos a los temas que colocan a Biden con baja calificación y que se centran en el control de la inflación y la poca atractividad de algunas de sus políticas públicas que le proyectan un futuro incierto de cara a su posible reelección en el 2024.
Biden lamentablemente, aunque es un político de carrera, serio y profesional, no ha podido convertirse en el líder carismático y visionario que el mundo esperaba de él.
Con tales coordenadas en la esfera política americana surgen en el war room, algunas variables que se encaminan precisamente a la elección del 2024, misma que está ya a la vuelta de la esquina y en donde varios actores han dado sus primeros pasos.
Me refiero a Trump, Kamala Harris, Mike Pence, Ron De Santis y la misma Pelosi, quien ha demostrado ejercer un fuerte liderazgo en la Casa de Representantes Americana desde su nombramiento en el año 2019.
Algunos otros significados del viaje apuntan a que Nancy Pelosi aprovechó la visita para empoderar el rol de las mujeres al frente de naciones como lo es Tsai Ing-wen, que desde el 2016, bajo las siglas del partido progresista democrático, ha logrado grandes beneficios para sus gobernados siendo nombrada como una de las personas más influyentes por la revista Time y las política número dos después de Kamala Harris en el 2021, por la revista Forbes.
La actual relación geopolítica entre Washington y Beijing, no es la mejor y es una de las más explosivas vistas en el mundo, misma que toca las aristas comerciales, culturales, de modelo económico y de hegemonía.
Con independencia de esto, cada nación cuenta con poderosos aliados que dificultan y direccionan al choque de los dos imperios, mismo que de desatarse, provocaría una seria conflagración dando como resultado un escenario de no retorno muy complicado de reconectar para los cabilderos y diplomáticos más avezados.
En tanto, esperemos los resultados de este viaje que empeora el escenario y ha provocado que ambos países hayan programado ejercicios navales en la zona del conflicto quedando en la red temática esta frase lapidaria que resulta una amenaza del poderoso líder chino hacia el propio Biden: “No se debe jugar con fuego.”
Pelosi al término de la visita enfatizó: “Estados Unidos vino para dejar claro que no abandonaremos a Taiwán”. La frase disgustó a los gobernantes chinos que han amenazado con una respuesta contundente a lo que consideran una provocación, toda vez que ellos consideran a Taiwán como parte de su territorio.
En una época así, recordemos a un grande de la diplomacia que bien podría resolver el conflicto: Henry Kissinger.