Como lo he dicho siempre, y aunque me tachen de exagerada (aunque sí lo soy), la existencia digital nos ha multiplicado las dificultades de la vida en dos, y bueno, quizás también algunas de las cosas chéveres. Pensaba el otro día en una amiga que murió hace como un año y aún hoy me llegan las notificaciones para que la felicite por su cumpleaños y tengo la posibilidad de entrar a ver su perfil, en cuyo muro la gente todavía le dice que la quiere, extraña y esas cosas.
No niego, me impactó, esa vida después de la vida que puede otorgar la virtualidad. Más allá de saber si es bueno o malo seguir vivo en la web y muerto en la vida, yo me quedé con la idea rondando en mi cabeza. Y, sí, después de investigar, resulta que vamos directo a que existan funerarias digitales, servicios mortuorios de los perfiles y litigios de herencias por las propiedad intelectual de mails, tuits y post, valga la redundancia, post mortem.
Aquí les comparto siete posibilidades que ya existen que tienen en cuenta nuestra muerte digital, que no siempre se da al mismo tiempo que la física.
1. Facebook conmemora.
Si nadie notifica a Facebook del fallecimiento del dueño de un perfil, éste sigue en el motor de la red social que continúa con las sugerencias de que le hablen de nuevo, que lo vuelvan a querer, y todas esas cosas estúpidas. La persona seguirá insistiendo, aún sin vida, que le acepten una solicitud de amistad e incluso los “me gusta” de la persona muerta pueden utilizarse para fines de publicidad. Este asunto desató tanto revuelo y críticas que luego de ser acusado por no respetar la privacidad, Facebook propuso que si era notificado del deceso, podría convertir las cuentas en espacios conmemorativos, aunque la cuenta siguiera activa. Con representación autorizada, es posible que le entreguen a uno los contenidos del difundo.
Un caso interesante fue el que sucedió hace unos años cuando Facebook creó un estado memorial para los perfiles de los jóvenes asesinados en un instituto de Virginia, Estados Unidos. Pero sólo sus contactos tuvieron el privilegio de visitarlos en su tumba virtual.
2. Second news recoge memoria digital.
La empresa española Second News busca y recopila la memoria digital (videos, fotos y mensajes) de una persona que ha muerto. Esto a pedido de sus familiares que deben contratar el servicio, como quien contrata un ataúd con o sin vidrio, flores y cremación. Este nuevo servicio póstumo, que ofrecen desde Barcelona, también lo utilizan para que no quede regada la información de la persona por toda la extensión de Internet. Sin embargo, ¿y si se encuentran o descubren cosas que no debían encontrarse?
3. Netarius cuida tus posesiones digitales
Otra idea española, que se gestiona desde Mallorca, es la que brinda la posibilidad de dejar instrucciones, en vida, sobre el destino que tendrán los activos digitales personales una vez hayamos fallecido. A través de Netarius, el personaje muerto puede avisar de su fallecimiento a través de las redes, heredar datos y archivos, y luego cerrar su existencia digital. Hay, por ejemplo, un paquete de Netarius gratis con el cual el usuario deposita contraseñas de hasta cinco cuentas en redes sociales para que el servicio se encargue de cerrarlas cuando tenga en sus manos el certificado de defunción. El servicio de Netarius especial recopila los contenidos de Twitter y Facebook, y los envía por mail a quien se haya dispuesto. Es decir, cumple las últimas voluntades digitales.
4. Finalthoughts… una oferta temprana
La idea de crear finalthoughts.com, un servicio que ofrece a los usuarios definir qué mensajes de correo electrónico quiere que se envíen y a quién de manera póstuma, fue muy prematura. Se le ocurrió a Michael Krim, en 1999, cuando vivió las turbulencias del avión en el que iba.
5. Legacy… designios virtuales
Muy por el estilo del anterior, LegacyLocker.com, es un servicio en línea que ofrece: “repositorio seguro para su propiedad digital, que garantiza a sus amigos y seres queridos acceso a sus activos digitales en caso de pérdida, muerte o incapacidad”. Lo curioso es que también nació de las angustias de alguien, Jeremy Toeman, en medio de las turbulencias de un avión. ¿Cuándo más cerca está la muerte es en el aire? Al menos parece ser cuando más próxima la podemos ver.
6. Tuherenciadigital… ¿y el dinero digital?
Este otro servicio mortuorio, además de hacer los trámites de herencias de contenidos y contraseñas, se encarga de algo que poco se había contemplado antes: en la web también hay dineros e inversiones. Es el caso de Betandwin, un espacio de apuestas de deportes que, si no apareces por determinado tiempo, se queda con tu dinero acumulado. Ahí es cuando actúa Tuherenciadigital para avisar a los seres queridos del muerto sobre este dinero para que se hagan cargo. Otra cosa que hace diferente a esta idea es que no requiere certificado de defunción… es decir, puedes estar muerto sin estarlo. Suena bien.
7. Twitter, Yahoo y Google: entierros sin flores.
Hay otros funerales más sencillos, y baratos. En Twitter, por ejemplo, existe un proceso para que el familiar de la persona muerta pueda tramitar la desactivación de su cuenta e incluso reciba un archivo con todos sus tuits públicos; pero si la familia no dice nada, la cuenta sigue abierta. Google, por su parte, cuenta con el Inactive Account Manager que envía a los familiares el contenido. Yahoo conserva las cuentas y Hotmail, si se le prueba la muerte, puede enviar a la familia un CD con los correos electrónicos del fallecido, pero Gmail confía menos al pedir un correo del muerto a la persona que pide estos datos.
Yo digo que vamos, sin pierde, hacia los testamentos y herencias virtuales, y –como no- los herederos en pugna. Que en USB descanse, no, que en paz… que descanse.