Santiago, Chile.- El título es una exageración, claramente, pero tiene algo de cierto. El jefe – o jefa- es casi humano y necesita de tu compromiso y apoyo. Enamorarlo/a requiere algunos pasos fundamentales que, si los tienes claros, no son tan difíciles de llevar a cabo. Es cosa de compromiso y de ver más allá de lo que el común de la gente ve.
Lo primero es llegar temprano. No importa cuál sea tu rol en la empresa, el arribo a la hora hará la diferencia. Si estás comprometido con el trabajo, se notará, pero el horario de trabajo es un tema fundamental.
Fidelidad ante todo. No eres tú el/la que tiene que brillar. El ego no importa cuando el jefe está presente. Demuestra que su aporte es válido y que sabe lo que hace. Apoyarlo es una de tus funciones, siempre y cuando se lo merezca.
No te interpongas. Sus objetivos son inescrutables. Es necesario asumir que lo que ellos quieren es lo mejor para la empresa. No te interpongas en sus decisiones. Apóyalos, siempre y cuando exista una coherencia con tus pensamientos. Y si no estás de acuerdo, procura hacérselo saber en privado. No lo/la expongas en público.
Siéntete orgulloso de la empresa y has que se note. Te gusta el lugar donde trabajas y eso es un buen punto para potenciar. Muestra tu fidelidad y conseguirás el apoyo de tus superiores.
Nunca comentes los errores en público. Puedes no estar de acuerdo con la política de la compañía, pero comentarlo en público puede ser absolutamente impensable. La ropa sucia se la va en casa.
Si no hay apoyo, mejor calla. Si tu fidelidad con el/la jefe/a no encuentra quórum, es mejor callar. No tienes el poder suficiente para transformar la idea en algo institucional, entonces deja que fluya.
Finalmente, puedes creer que” te la estás jugando” por la compañía, pero si el jefe o la jefa tienden a dejarse influir por otros personajes, no es sano pelear con ellos. Conozco autoridades influidas emocionalmente por un hábil amante ocasional que no hace otra cosa que generar beneficios propios, pero lo hace de tal forma que la autoridad no lo nota, entonces es mejor dejar que la historia “caiga por su propio peso”, porque nadie creerá lo que quieras mostrar si existe un sentimiento de por medio. Y sí, sucede.