Por: Hans Hatch Dorantes
Twitter: @hanshatch
Seguramente habrá personas que te aconsejarán no rechazar bajo ningún concepto el nuevo empleo que se te ofrezca. Mi recomendación es contraria y no es que te pida rechaces empleos sólo por rechazar, sino que valores todos los pros y contras al detalle, para que tomes una decisión correcta: : ¿Realmente quiero cambiar? ¿Qué quiero cambiar? ¿Quiero un mejor salario? ¿Quiero más oportunidades de crecimiento? ¿No me siento valorado en mi actual trabajo? ¿No estoy satisfecho con lo que hago? Van las razones por las que, desde mi punto de vista, son factores -uno o varios- por los que, NO deberías aceptar un empleo.
01 Antes de cambiar, evalúa tu empleo actual
Evalúa lo que sientes que te falta en tu puesto actual y, sobre todo, si tal falta no tendría remedio, tras una reunión formal con tus superiores. ¿Es tu jefe, tu cargo, tus expectativas, tus obligaciones o la cultura de la empresa en general? Si sientes que puedes quedarte solventando el diferendo y estás a gusto y con posibilidades de superación, no cambies.
02. No comprometas tu calidad de vida
El cambiar de empleo no sólo es importante a considerar el salario y las prestaciones. También se deben considerar las implicaciones que afectarán tu vida personal (organización familiar, cuidado de los niños, tiempo en familia, problemas conyugales, largos trayectos de recorrido…) No aceptes si encuentras que el empleo que te ofrecen, no se ajusta a tu estilo de vida y necesidades.
03. Checa bien la reputación de la empresa
¿Si algunos empleadores buscan en Google algo de tus antecedentes laborales, tú porqué no haces lo mismo con la empresa que te ofrece empleo? Habrá algunas cuya información sea más accesible que otras, pero vale la pena buscar. Quizá encuentres información útil sobre tu posible empleador. Si la actividad de la empresa no te convence o no es bien vista por otros sectores, es momento de reflexionar si es tu mejor opción.
04. Cerciórate que tu trabajo será lo que te gusta hacer
Hay quienes aceptan un empleo a sabiendas que éste, va a cambiar sus expectativas, sus gustos, sus habilidades con lo cual, difícilmente podrán hacer bien su trabajo y por lo tanto, no podrán tener un futuro cierto. Si no sientes atracción y gusto por lo que te ofrecen, es recomendable que no te dejes llevar por esa opción.
05. No pongas freno a tu crecimiento
Una buena elección laboral está asociada con tener claros tus objetivos tanto a nivel profesional como personal y la forma en que un nuevo empleo beneficiaría tu carrera a largo plazo. Si la posición que valoras no ofrece experiencias o aprendizajes adicionales a los que ya posees, busca otras opciones, de lo contrario podrías enfrentar frustraciones y, sobre todo, frenar tu crecimiento.
06. Considera la opinión de tu familia
Habla con las personas más importantes de tu vida acerca de la oportunidad y de tu situación actual. Alguien exitoso siempre está rodeado de una red de protección, personas que lo apoyan y lo quieren más allá de sus compañeros de trabajo o empleados. La familia (papás, hermanos, espos@, novi@) y los amigos cercanos, deben ser prioridad para tener a alguien que te considere a ti como su prioridad. Al final tu decidirás, pero si tu familia te aconseja un no al cambio, yo lo pensaría.
07. No te dejes llevar sólo por el factor salario
Hay quienes basan -y me consta que lo hacen muy seguido- que lo más importante para cambiar de empleo es el salario; su único atractivo es el dinero. Consiente estoy que es un factor de peso, pero no el único, sin satisfacción personal el dinero, a veces, no paga el esfuerzo. Si llevas una carrera ascendente y estas cumpliendo objetivos profesionales y de vida donde estás, no antepongas sólo el salario para aceptar un nuevo empleo. Toma en cuenta que un salario más alto no siempre es sinónimo de desarrollo profesional.