En una oficina nos encontramos de todo, desde gente brillante, talentosa, cumplida, seria, que se enfoca en tener a tiempo las tareas que se les pidan, hasta los que incumplen con las actividades que les son asignadas, los que responsabilizan a otros de sus errores, los que tratan de quedar bien con el jefe aunque no sepan nada y lo peor de todo, los que son tóxicos y empiezan a contaminar a todo el grupo con su holgazanería.
A estos últimos, que se trata de gente incompetente, es a la que hay que identificar y separarla inmediatamente de la organización, porque se pueden convertir en un némesis para los gerentes que tienen que lidiar con ellos; y su falta de productividad y de eficiencia podrían llegar a dañar la consecución de resultados dentro del equipo.
Lo más increíble de la gente incompetente, es que a veces permanecen dentro de la empresa a pesar de su nula aportación y en algunas ocasiones logran ascensos que nos dejan parados de punta los cabellos debido a que esto representará una injusticia para la gente que sí logra los resultados esperados, pues no hay explicación lógica que avale su promoción.
Un buen líder detectará a tiempo a la gente incompetente, hablará con ella para tratar de corregir el problema, pero si nota que la incompetencia persiste, entonces tomará la decisión de separarlo de la empresa para que no ejerza un rol tóxico con los demás miembros del equipo y el ambiente se llegue a contaminar. La clave radicará en saber detectar si estamos ante la presencia de un empleado incompetente, para lo cual hay varias formas de averiguarlo, como son las siguientes:
1. Tienen la excusa perfecta para no entregar sus tareas
Este tipo de empleados incompetentes son muy hábiles para librarse de una fuerte llamada de atención o de que los den de baja de la empresa, pues siempre tienen el pretexto perfecto para justificar su falta de profesionalismo al no entregar a tiempo las tareas que le fueron solicitadas. Son personas cuya habilidad verbal e imagen es fácilmente comprable por sus superiores, pues aparentan ser buenos elementos al inicio, pero conforme avanza el tiempo se caen a pedazos.
2. Las cosas básicas las hacen mal
No importa si uno les explique 5 o 10 veces, las cosas las seguirán haciendo mal, porque su nivel de concentración es muy pobre, además de que su capacidad técnica y profesional es muy baja. Siempre le echarán la culpa a la máquina, al jefe o a los compañeros de trabajo de que las cosas no las puedan hacer como se deben porque hay falta de reconocimiento de su incapacidad.
3. Son indisciplinados
A menudo la gente incompetente se toma 15 o 20 minutos para llegar tarde, en la hora de la comida se extralimitan otro tanto, pero eso sí, la hora de la salida es sagrada y no importa si los reportes que les solicitaron no estén terminados porque eso puede esperar, mientras que su tiempo personal es sagrado y por lo tanto se convierten en gente poco productiva por la indisciplina que demuestran.
4. Siguen mal las instrucciones
Al momento en que les dan la explicación de cómo desarrollar las actividades, asientan la cabeza y a todo dicen que sí le entendieron y cuando les piden la tarea concluida, todo está mal realizado o no han avanzado nada porque no pusieron atención cuando les explicaron el procedimiento. Lo peor de todo es que terminan haciendo lo que se les pega la gana, pero mal y acaban con la paciencia de cualquier jefe al que reporten.
5. Mencionan todo el tiempo que los van a correr
Los incompetentes son también personas inseguras y todo el tiempo tienen la sensación de que los van a correr y esto evidentemente no les ayuda en nada, pues el miedo es el peor enemigo de un empleado.
6. Son cero proactivos
Otra de las características que distingue a los incompetentes es su falta de iniciativa, solo actúan por instrucción, es gente que no aporta nada, que no se hacen notar y que son proclives a caer en una zona de confort de donde será muy difícil sacarlos.
7. Su deporte favorito es la holgazanería
Son aquellos que trabajan poco y nada, se la pasan chateando, viendo videos en Youtube, organizando fiestas en sus redes sociales, se fuman entre 8 y 10 cigarrillos al día, están paseándose todo el tiempo en la oficina y su última preocupación es su trabajo. A este tipo de incompetentes no cuesta mucho detectarlos y hay que sacarlos rápido de la empresa para que no contaminen el entorno laboral, este tipo de incompetentes abundan, por lo que hay que erradicarlos.
Es cierto que todo incompetente representa un peligro para la empresa, pero hay algunos que son rescatables si se actúa a tiempo y se ejercen medidas que les ayuden a corregir su actuación. Lo que sí resulta indispensable para una organización es separar a tiempo a los elementos incompetentes que no tienen remedio, porque al dejarlos se está exponiendo la compañía a que exista cierto grado de toxicidad que pueda representar una baja productividad de los empleados y sobre todo que los objetivos financieros de la entidad no se cumplan.