- La canadiense Alimentation Couche-Tard, dueña de Circle K, hizo una oferta para adquirir Seven & i Holdings, la empresa matriz de 7-Eleven.
- Es una operación que estaría valorada en U$S 31,000 millones.
- Si se concreta la compra, creará el mayor operador mundial de tiendas de conveniencia con alrededor de 100,000 establecimientos.
La potencial compra de Seven & i Holdings, la empresa detrás de la cadena de tiendas 7-Eleven, por parte de la canadiense Alimentation Couche-Tard, dueña de Circle-K ha revolucionado el mercado a nivel macro. Te hemos hablando de esto en Merca2.0.
Pero a nivel microeconómico, entre los consumidores de 7-Eleven, el posible acuerdo está generando preocupación. ¿Por qué? Porque temen que se pierda la esencia de 7-Eleven.
Desde sus humildes inicios en Japón hace cinco décadas, 7-Eleven transformó el concepto de tienda de conveniencia.
Ofreciendo una variedad de productos frescos, desde sándwiches hasta bolas de arroz y almuerzos para llevar, la marca revolucionó la manera en que millones de japoneses consumen alimentos a diario.
Esta estrategia convirtió a 7-Eleven en un pilar de la vida cotidiana en el país asiático (y en gran parte del mundo), donde la gente acude no solo para comprar comida, sino también para realizar pagos, enviar paquetes y hasta recoger boletos de conciertos.
En la comunicación de sus últimos resultados financieros, la compañía había expresado que la idea era llevar la calidad de sus productos en japón, al resto del mundo.
Qué pasará con 7-Eleven
Sin embargo, la noticia de una posible adquisición por parte de Couche-Tard está desatando una ola de rumores, la mayoría centrados en que la estrategia de globalizar la calidad de los productos alimenticios a todo el mundo se vea cancelado.
Si bien no hay garantía de que el acuerdo se concrete, los analistas señalan que el interés de la canadiense radica en las sinergias potenciales en el mercado norteamericano.
En esta región, Seven & i opera más de 15,000 tiendas de conveniencia y estaciones de servicio, aunque con márgenes de ganancia mucho menores que los logrados en Japón, donde posee alrededor de 21,000 establecimientos.
El influencer gastronómico Jeremy Jacobowitz, radicado en Nueva York y con más de medio millón de seguidores en Instagram, le dijo a Reuters que está preocupado ante la posibilidad de que una adquisición pudiera alterar lo que él considera la “perfección” de 7-Eleven.
Jacobowitz dice que hay una diferencia abismal en la calidad y singularidad de los alimentos ofrecidos en las tiendas japonesas en comparación con las de Estados Unidos. Aunque no recibe compensación financiera de Seven & i, su temor refleja un sentir compartido por muchos aficionados de la cadena.
Modelo exitoso
La clave del éxito de 7-Eleven en Japón radica en su capacidad para ofrecer alimentos frescos y de alta calidad, algo que impulsó su crecimiento.
La compañía reporta un margen de beneficio operativo del 27% en sus tiendas japonesas, una cifra alta en comparación con el modesto 3.5% de rentabilidad en sus tiendas internacionales.
Este contraste resalta la importancia de los alimentos frescos en la estrategia de expansión de la compañía, especialmente en Estados Unidos, donde Seven & i planea introducir más de 200 nuevos productos alimenticios este año.
Estos incluirán desde bolas de arroz “onigiri” hasta sándwiches de estilo japonés y tazones de arroz con pollo al curry, todo con la colaboración de la firma Warabeya Nichiyo Holdings.
El éxito de 7-Eleven en Japón se basa en una logística eficiente que permite varias entregas diarias de productos frescos, asegurando que los consumidores tengan acceso constante a sándwiches, onigiris y comidas preparadas.
Esta estrategia ha convertido a las tiendas en un recurso indispensable para aquellos que buscan conveniencia sin sacrificar la calidad.
Sin embargo, este modelo de éxito no ha sido fácil de replicar en otros mercados. A pesar de su dominio en Japón, Seven & i tiene dificultades para incursionar en países donde la competencia y las diferencias culturales plantean problemas.
La duda es si Couche-Tard decide optar por dejar que el negocio japonés opere de forma independiente si la adquisición se lleva a cabo.
¿Qué pasará? Por ahora es toda una incógnita.
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