Por Germán Rivera
Twitter: @GerRiveraG
Todo parece indicar que el vivir estresados en estos tiempos es algo normal a lo que tenemos que acostumbrarnos y con lo que hay que lidiar todos los días, pues tan solo el trayecto de la casa a la escuela o al trabajo y durante el regreso a casa produce estrés.
Entrando en materia laboral, definitivamente hay muchas causas que provocan estrés, entre las más comunes están el jefe negrero que acumula chamba a diestra y siniestra, los malos hábitos cómo llegar tarde al trabajo corriendo para que no nos vayan a descontar el día; tomarse dos horas de comida y cuando regresamos pues ya casi es la hora de salida, no avanzamos y hay que retirarse sin tener un avance significativo que nos empieza a pesar al final de la semana y recuperar esas horas o minutos perdidos, pues francamente resulta imposible.
De acuerdo con expertos el estrés es una respuesta del organismo frente a un nivel inapropiado de presión debido a exigencias superiores que el individuo no puede manejar y por lo tanto hay alteraciones físicas y psicológicas debido al nivel inapropiado de presión.
No hay manera de dejar a un lado el estrés, pero sí podemos controlarlo y hacer que los efectos del estrés sean mínimos y no causen tanta merma en nuestro organismo como puede ser el dolor de cabeza, dolor de espalda, dolor de cuello, tendinitis, nervios, malestar estomacal y ansiedad.
Por el momento no hay manera de medir el estrés de manera científica, es decir, determinar el nivel de estrés que tenemos, solo sabemos que está, que actúa en nuestro organismo, pero no con qué intensidad, así que más vale que nos hagamos a la idea de que tenemos que lidiar con el estrés y para ello existen mecanismos para poder controlarlo y que a continuación mencionamos:
1. La salud es primordial
Aunque no tengas síntomas de ser una persona estresada, es conveniente hacerte dos chequeos médicos durante el año, pues el estrés es tan silencioso que merma el organismo día a día sin que uno se de cuenta y cuando uno quiere reaccionar es demasiado tarde y a veces hasta el quirófano puede uno ir a dar por no atenderse a tiempo.
Otra cuestión relacionada con la salud y que reduce los niveles de estrés es hacer deporte, pues ir a correr, nadar o practicar tu deporte favorito calma las tensiones y hace que olvidemos los problemas.
2. Hay que ser disciplinado con los horarios
Aunque no lo crean, el levantarse temprano y llegar antes de la hora de entrada al trabajo elimina cierta carga de estrés, pues el ir sumamente apresurado porque se nos está haciendo tarde es la causa que más estrés genera en estos tiempos, además de que salir tarde de casa seguramente es un síntoma de que llegarás sin desayunar, de malas, lanzando pestes por todos lados y empezarás a laborar por lo menos 40 minutos después de la hora de entrada, en lo que te preparas un café, vas a la máquina por pan o galletas y en lo que enciendes tu máquina se nos va el tiempo y estamos tarde para entregar las tareas del día.
Cuando salimos a comer, pues no hay que tomarnos dos horas, porque regresamos a las cuatro de la tarde y en menos que canta un gallo ya dieron las seis y no hicimos nada en todo el día, nos volvemos a estresar porque no avanzamos y es tiempo perdido que ya no recuperamos o que nos cuesta quedarnos tarde en el trabajo, llegar tarde a casa y descansar menos tiempo.
3. Dormir por lo menos 7 horas
Si te levantas temprano y llegas de manera anticipada al trabajo, seguramente rendirá frutos, pues te permitirá planear con más calma tus pendientes y podrás adelantar trabajo que te permitirá salir a tiempo de la oficina, llegar a casa y acostarte a buena hora para dormir las 7 horas que permitirán un descanso apropiado al cuerpo y mente de forma adecuada y así soportar la siguiente jornada laboral.
4. Organiza tus actividades
Es indispensable que las tareas que estén pendientes se organicen de conformidad con la prioridad que éstas tengan, determinar qué es lo que más urge y con base en esto ir sacando el trabajo y sobre todo hacer una cosa a la vez, terminarla y empezar con la siguiente tarea. Es más estresante hacer cinco cosas el mismo tiempo y no terminar ninguna tarea al final del día.
También hay que estar al pendiente con las tareas que tienen un plazo para entrega, los famosos “dead line” pues ahí tenemos que entregar la chamba si o sí, pero si nos organizamos con tiempo, no tenemos porqué estarnos desvelando, comiendo mal y estar al borde del colapso para entregar todo en tiempo y forma.
5. Las vacaciones son eso: Vacaciones
Resulta una muy mala idea no tomar vacaciones por lo menos una vez al año, pues es cuando uno puede desprenderse y olvidarse por completo del ambiente laboral. La recomendación es que antes de tomar vacaciones dejes terminados tus pendientes para que nada te preocupe, disfrutes al máximo, te relajes y cuando regreses tengas una claridad mental que servirá para generar nuevas ideas y ser más productivo en tus actividades. De ser posible durante las vacaciones deja a un lado el celular, tablet y computadora para que no sean factores de distracción en tu tiempo de descanso.
6. Tener vida social también ayuda
No podemos hacer a un lado a nuestra familia, pareja, amigos y todos aquellos con los que podemos compartir grandes momentos, pues es la gente que te sacará a flote en los momentos más complicados, así que hay que dedicarles tiempo y ponerlos en el punto alto de la pirámide de prioridades, porque si te haces adicto al trabajo te olvidas de familiares y amigos, podrías llevar al estrés a su nivel más alto, lo cual sería muy peligroso.
7. Desconectarse de la oficina
Cuando llegues a casa después de la jornada laboral o estés en algún otro sitio con amigos o familiares, trata de desconectarte de las situaciones laborales por completo, aunque nos cueste, pero sobre todo desconéctate de las redes sociales para que tu atención sea la correcta con la gente que te rodea, pues de nada sirve estar en casa si le vas a dedicar tiempo a tus redes sociales y no a tu familia o amigos.
En conclusión podemos decir que para controlar el estrés lo mejor es tener una vida llena de equilibrio, donde la balanza no se incline en todos sentidos al aspecto laboral, sino también al social, emocional y de salud que finalmente nos permitirán disminuir esa tensión que puede ocasionar muchos errores cuando es mal manejada, pero que puede también representar una energía positiva para el desarrollo de nuestras actividades en el campo laboral cuando es bien controlada.
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