Uno de los momentos más amargos por los que puede pasar un empleado durante su vida profesional es enfrentarse a un despido, porque nadie está preparado para recibir una noticia tan dura y tan desagradable, sobre todo si no ha pasado por nuestra mente y considerando que desde nuestro punto de vista estamos haciendo una buena labor en la organización. Porque también hay personas que evidentemente están haciendo todo lo posible para que los despidan con tal de llevarse una suma de dinero que no les durará toda la vida y sí les podría costar solicitar referencias para futuros empleos o que les expidan una carta de recomendación.
Las causas de un despido pueden ser por varias razones, recorte de personal por presentarse una mala situación económica que le afecte a la empresa, cambio de administración, problemas con el jefe directo, mala actitud, pobre desempeño, reestructuración de un departamento y hasta por envidias de los compañeros de trabajo.
Tirarse al drama no sirve de nada, hay que reaccionar de manera rápida y saber que no todo terminó para nosotros, porque siempre surgirá una nueva y tal vez hasta una mejor oportunidad tanto en el aspecto profesional como en el económico.
Ciertamente el aspecto en el que se debe trabajar más después de un despido, es el aspecto emocional, porque hay que tratar de digerir lo más rápido que se pueda esta situación, que podría ocasionarnos una profunda depresión de la cual nos cueste levantarnos por un período largo de tiempo. Por ello es necesario que tomemos algunas acciones que nos puedan ayudar a afrontar la situación del despido como son las siguientes:
1. Identificar la causa principal del despido
En ocasiones la gente que es la responsable de realizar el despido no proporciona información suficiente y clara respecto a la causa que está ocasionando el tener que dejar la empresa y prefieren no ser tan directos al momento de dar la noticia del despido. Por ello es necesario tener en mente si nosotros fuimos los responsables directos de la situación y aceptar la culpabilidad o simple y sencillamente fue un factor que no estuvo en nuestras manos poder solucionar. Porque es muy distinto si la causa del despido fue porque no estuvimos a la altura de la exigencia laboral o porque no hay química con el jefe y entonces prefiera quitarnos del grupo con independencia de nuestra capacidad.
2. Aprovechar las redes sociales
Es un buen momento para hacer buen uso de las redes sociales y crear una estrategia que nos pueda conducir a la obtención de un nuevo y mejor empleo. Hay que identificar los contactos a los que queremos hacerles llegar información y definir lo que queremos comunicar a través de las distintas redes sociales, sobre todo las profesionales como Linkedin.
3. Hacer un ejercicio de autoevaluación
Posterior al despido y después de haber tenido nuestra semana de luto, tenemos que darle vuelta a la página y preguntarnos, ¿Qué es lo que hicimos mal?, ¿Cuáles fueron nuestros principales logros?, tal vez descubriremos que tenemos nuevas habilidades y nuevas fortalezas que podemos ocupar en nuestro beneficio para el próximo empleo. Ser nuestros propios críticos siempre nos hará mejores seres humanos y mejores profesionistas.
4. De los fracasos surgen grandes líderes
Si las siguientes celebridades se hubieran quedado dubitativos y lamentándose todo el tiempo por haber sido despedidos de sus empleos, seguramente no tendrían sus grandes fortunas y están agradecidos con aquellos que no creyeron en su potencial, porque eso significó que sacaran al genio que llevan dentro y cambiaran drásticamente su nivel socio económico. Entre dichas personalidades tenemos a Steve Jobs que fue corrido de Apple, Walt Disney desestimado de un periódico por falta de imaginación y creatividad, J.K. Rowling despedida por escribir historias en secreto dentro de la oficina y podríamos seguir con una larga lista de personalidades como Oprah Winfrey, Lee Iaccoca, Michael Bloomberg, Anna Wintour, Robert Redford y Tomas Edison por mencionar algunos.
5. Es buen momento para arreglar cuestiones personales
Siempre dejamos cosas personales a un lado mientras estamos trabajando, con el pretexto de que no tenemos tiempo debido a la carga de trabajo, pues ahora es el momento preciso para arreglar cuestiones del hogar, documentos personales, pasar más tiempo con la familia, actualizar el currículum, retomar los vínculos que han sido descuidados y depurar un armario que seguramente debe tener un montón de ropa y zapatos que ya no utilizamos.
6. Reducir gastos
En ocasiones, parece que el dinero que recibimos después de un despido es una fortuna, sin embargo con el paso del tiempo, mientras estamos en procesos de reclutamiento, el dinero empieza a escasear, porque pensamos que vamos a encontrar trabajo de manera rápida y conservar ese dinero sin tocarle un centavo, pero la realidad es otra, porque queremos seguir llevando el mismo ritmo de vida sin considerar que ya no tenemos los ingresos constantes que procedían de un sueldo. Así que, es momento de reflexionar y evitar gastos innecesarios que puedan poner en peligro nuestras finanzas personales.
Es tiempo de ponerse las pilas, dejar atrás el rencor, la ira, el odio y dar gracias a una empresa que se fijó en nosotros para ocupar una posición en su organización, pero que hoy ha decidido prescindir de nuestros servicios por alguna razón. Hay que dar vuelta a la página y mirar hacia adelante, porque quedarnos sentaditos y lamentando la situación solo nos ocasionará la pérdida de tiempo valioso que debemos invertir en la búsqueda de un nuevo empleo, donde quizá nos vaya mejor. Enfrentar un despido es complicado, pero no imposible de superar, recordemos que lo importante no es la caída sino como te levantes.