De acuerdo al estudio de indicadores para medir el ecosistema emprendedor mexicano del INADEM, 59.38% de las MiPyMEs en México tuvieron ventas anuales menores a los 100 mil pesos; tan solo 7.65% de ellas lograron ventas superiores a los 2 millones en un año, de hecho menos del 8% de ellas logran sobrevivir el tercer año de existencia.
Todo lo anterior puede sonar desalentador, pero en realidad es una muestra de que el emprendedor no está preparado al momento de tomar la decisión de renunciar a su empleo para volverse independiente, ya sea por desconocimiento, por falta de pericia, o simplemente porque ser emprendedor no es para cualquiera.
Actualmente las generaciones millennial, principalmente la Gen Y, viven una frustración común, porque cada uno busca ser el próximo Steve Jobs o Mark Zuckerberg tratando de hacer un cambio en el mundo mediante sus ideas, talento y acciones. Es común ver a integrantes de esta generación(nacidos entre 1980 y el año 2000) frustrados por no poder convertir sus ideas en grandes empresas, y para otros es aun peor cuando terminan la universidad sin haber lanzado ya su proyecto personal y por esa razón deben convertirse en empleados.
Ser empresario era algo con lo que soñaba desde que era estudiante, de hecho empecé a trabajar como becario en los primeros semestres de la carrera, y desde ese momento mi meta fue poner mi propia agencia.
Cuando al fin lo hice, tomé las desiciones que consideré en aquel entonces eran las correctas, aunque algún tiempo después me di cuanta de todo lo que no sabía sobre ser empresario.
Cuando era empleado, aunque mi puesto implicaba ser jefe de mucha gente y tenía sobre mis hombros varias responsabilidades, lo que yo sabía hacer era mi trabajo y buscaba hacerlo bien, pero nunca reflexioné en esos momentos sobre lo que no estaba en mis manos y por lógica desconocía.
Cuando me independicé no tenía ni la más mínima idea de temas de contabilidad, impuestos, finanzas, y aunque parte de mis responsabilidades eran la contratación del personal de mi área, realmente no tenía idea de como funcionaba un área de recursos humanos.
Cuando me volví empresario, comencé con una mesa de jardín, una silla plegadiza, una computadora y un cliente, y así estuve los primeros meses. Hoy 13 años después, las cosas han cambiado, y con mucho esfuerzo mi negocio ha crecido y estabilizado, y en este tiempo me he dado cuenta que si me hubiera hecho ciertas preguntas, las cosas se habrían dado de una forma más sencilla, así que comparto a continuación lo que desde mi experiencia se debe preguntar cualquiera que busca emprender un negocio, antes de renunciar a su empleo.