El visual content ha cobrado relevancia gracias a redes sociales, ya que el 10 por ciento de los elementos que se recuerdan son aquellos que fueron observados, mientras un 50 por ciento se pueden escuchar, de acuerdo con Cisco. Y es que los contenidos visuales son elementales en cualquier sitio web de las marcas, así como en cualquier correo electrónico y procesos de ventas B2B y B2C.
Según TotPo, para 2018 un 30 por ciento de usuarios de Instagram habrán comprado algún producto de alguna marca, mientras que en redes sociales, un 85 por ciento de usuarios podría comprar algún artículo o servicio, a partir del video que haya visto sobre alguna compañía. De acuerdo con CheatSheet, un 65 por ciento de cibernautas recuerdan anuncios o publicaciones de marcas, solo si estas tenían elementos visuales. Existen directrices en el visual content marketing que todo mercadólogo debe llevar a cabo, como son:
Ley de la Propiedad. Antes de crear cualquier estrategia de visual content, una marca debe tener asegurado el dominio o servidor donde se vaya a alojar, además que deberá definir cuándo un usuario y bajo qué circunstancias generará contenido. Del mismo modo, una marca necesitará estar segura de los derechos de sus publicaciones. Se trata de criterios que deben cumplir las marcas.
Ley de diversificación. Las marcas necesitarán de una variedad de contenido para contar su historia de manera efectiva, desde contenido propio, hasta el generado por el usuario. La diversificación consiste en una combinación efectiva de contenido de marca y de los consumidores dentro de los anuncios en redes sociales.
Ley del movimiento. Los cibernautas se interesan más por las marcas, cuando estas publican videos, lo cual es muy sencillo ahora con las herramientas para hacer video que tienen Facebook, Instagram y Snapchat. No tiene que ser una gran producción para que el video funcione, ya que algunas marcas optan por transformar sus imágenes fijas en videos dinámicos, los cuales son suficientes para compartirse y ser expuestos lo suficiente.
La Ley del canal. Se trata de distribuir el contenido para una exposición máxima, considerando que cada red social es distinta, un traje a la medida en la distribución del contenido.
La ley de los recientes. Cuando un usuario consulta redes sociales, el contenido que consume debe ser del día o de ayer, ya que el contenido de una semana previa “estará quemado”, y de fechas anteriores serán “piezas antiguas”, y lo contrario, el contenido reciente puede ser actualizado por visitantes.
La ley de la autenticidad. Es más probable que las personas confíen en una recomendación de un amigo que de una empresa. Los millennials son aún más propensos a confiar en la crítica de un extraño que de una marca, es por ello que el contenido generado por el usuario se considera mucho más convincente que cualquier contenido que produzca una marca, ya que las fotos y videos de clientes cuentan una historia real y son mucho más efectivos. La autenticidad radica en que los clientes deben estar dispuestos a respaldar su marca al alinearse públicamente con ella, es decir, si publican imágenes y comparten experiencias, deberían vincularse o etiquetarse.