2. Prioriza tus tareas
Al inicio del día realiza una lista de las cosas que debes hacer y su orden de importancia. Divide esa lista en tareas pequeñas y realizables, no trates de anotar el general porque de ese modo jamás harás nada. Utiliza tu smartphone o un cuaderno (no lo hagas mental) para anotar todas las tareas y usa recordatorios de acuerdo al tiempo que crees que te llevará cada una. Competir contra el tiempo una vez que tengas todo en orden también es un incentivo. Si salen cosas inesperadas, mételas en la lista según el orden de importancia, y no entres en pánico.
3. Concéntrate en una sola cosa a la vez
Si mientras escribes un texto estás hablando por teléfono, o interrumpiéndote para revisar el Facebook, perderás la concentración y el cerebro se tardará en volver a su máximo rendimiento. Olvídate de las supuestas bondades del multitasking, porque lo único que logras es agotarte de más. Utiliza los dos primeros consejos para organizarte y mantenerte en lo que estás haciendo hasta que lo termines.
4. Descansa
Tomar descansos de entre 5 y 10 minutos por cada hora de trabajo permitirá que tus energías regresen. No importa cuán adicto al trabajo seas, es necesario dejar al cerebro descansar para que alcance su máximo rendimiento durante todo el tiempo que lo necesitas, de lo contrario siempre estará a la mitad de su capacidad. Platica con alguien o da una caminata pequeña. Solo asegúrate de que este break no se vuelva una larga procrastinación.