Sin embargo, creo que el simple hecho de limitar nuestro crecimiento, no lograr nuestros objetivos ni sueños, eso, en sí mismo es un fracaso. Fracaso de no ser quien podemos ser, de desarrollar nuestro potencial y alcanzar nuestros sueños.
Así que hoy me gustaría darte algunos puntos de porqué el fracaso puede ser tu mejor aliado de aprendizaje y tu desarrollo. Lo importante será que capitalices la experiencia que obtengas y la apliques a tu vida futura.
1.-Analiza el contexto y las decisiones tomadas
Cuando evaluamos una situación pasada, en muchas ocasiones somos injustos y juzgamos las acciones y decisiones tomadas con el beneficio que da la retrospectiva y conocimiento de los resultados. Es súper importante que cuando hagas esta evaluación revises tanto los objetivos planteados, así como el contexto y las circunstancias que había en el momento que tomaste la decisión y actuaste. Evita juzgar tus acciones de manera aislada, la mayoría de las veces tomamos la mejor decisión que consideramos en el momento.
2.-Asume que fracasarás en algún aspecto y planea para ello
La frase de espera lo mejor y planea para lo peor es muy cierta. Cada vez que experimentamos algo nuevo, hay períodos de prueba y aprendizaje durante los cuales tendremos victorias y fracasos. Cuando hagas tus planes, evalúa las áreas donde hay mayor riesgo y planea cómo vas a enfrentarlo. El saber que habrá errores quita la presión de hacer todo perfecto y motiva a experimentar y buscar nuevos cambios.
3.-Agradece lo que sí tienes y acepta que el cambio es parte de la vida
Una de las grandes cualidades de la gente que se siente plena es agradecer y apreciar lo que sí tienen. Este enfoque en el presente les da mejor enfoque de su energía, así como estar muy conscientes de que el cambio es parte de la vida. Cuando aceptamos lo efímero tanto del éxito como del fracaso, podemos fluir mejor, disfrutando cada etapa positiva y sabiendo que, si estamos en una etapa difícil o negativa esta también pasará. Al final de nuestra vida, veremos atrás y apreciaremos nuestras experiencias y lo rica que hicieron nuestros años vividos. Vivir con curiosidad y sin miedo a equivocarse puede ser una gran liberación y cambio profundo de perspectiva.
4.-Saben que el fracaso es una opción real y enfocan sus esfuerzos para tener buenos resultados.
Cuando hemos fracasado, sí, nos queda un mal sabor de boca, pero a la vez nos hace esforzarnos para obtener los resultados que queremos y evitar fracasar de nuevo. Como decía Winston Churchill, el éxito es moverse de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo. Si logramos tener el enfoque adecuado, el fracaso puede ser un gran motivador intrínseco. Además, el superar un fracaso (laboral, personal, etc.) refuerza la confianza en nosotros mismos y en nuestra fortaleza interna
5.-Todo fracaso tiene un efecto colateral positivo
Cualquier evento negativo en nuestra vida tiene efectos positivos, no siempre inmediatos. Pero al final, estos eventos pueden ser parteaguas en nuestra vida que posteriormente, al tomar el nuevo camino, podemos encontrar personas o situaciones muy favorables para nosotros que, de no ser por el evento negativo, no nos hubieran ocurrido. Tan sólo reflexiona en tus años pasados, ¿cuál ha sido uno de tus grandes fracasos? A partir de que ocurrió, evalúa cómo ha cambiado tu vida y las situaciones positivas que te han ocurrido. Estoy segura de que encontrarás más de una que te hará sonreír y comprobar este efecto colateral positivo.
6.–Despierta humildad y reflexión en ti
Cuando fracasamos, analizamos qué salió mal y reevaluamos varias áreas de nuestra vida. Este análisis puede ser la puerta para que hagamos otros cambios positivos. Aceptar que no tenemos todo bajo control y que podemos fallar, es una bocanada de aire fresco de humildad, de reconocer que no somos invencibles y que, para lograr nuestras metas, no todo depende de nosotros. Necesitamos también confiar en los demás y en la vida misma.
Así que te propongo que en vez de llamarlos fracasos los llamemos experiencias y aprendizajes. Vivamos nuestra vida de manera intensa, con corazón abierto y viviendo el presente, que en un abrir y cerrar de ojos las cosas pueden cambiar. Vale mucho la pena que esos cambios nos sorprendan mientras estamos persiguiendo nuestros sueños y no sentados en un sillón, escondidos evitando fracasar.