Recientemente, estaba leyendo un libro muy interesante sobre la vida y la creación de la marca Nike, reconocida en el mundo entero y ejemplo de éxito, no solo en el mundo deportivo sino en el mundo empresarial.
En dicho libro, llamado “Nunca Pares”, su creador o co-fundador Phil Night realmente da una lección de imaginación, de lucha, de constancia, de cómo enfrentar adversidades o problemas que parecieran gigantes, superarlos y obtener cosas mejores de ellos. Con dicha lectura me preguntaba ¿a cuántas personas en la actualidad, en época de crisis, sus temores y dudas los frenan para iniciar un emprendimiento?
He escrito anteriormente sobre la eventual crisis económica post pandemia que innegablemente le espera al mundo, la cual es (porque algunos países ya la están viviendo) y será producida básicamente por la paralización de los procesos industriales y empresariales, derivados de los confinamientos ordenados casi a nivel mundial para contener la propagación del Covid-19.
Como consecuencia de lo anterior, la mayoría de los países tuvieron que desviar fondos gubernamentales para atender la crisis sanitaria y hospitalaria que se generó, tratando de ayudar a las empresas para que no tuvieran que cerrar sus puertas y despedir trabajadores; además, muchos generaron planes de ayuda a las familias que quedaron afectadas por haber pasado a formar parte de la lista de desempleados de cada país.
A esta crisis económica, la cual, según los expertos, podría llegar a ser superior a la crisis económica del año 2008, generada por los famosos Bonos Subprime o Bonos Basura; la situación de incertidumbre por la invasión de Rusia a Ucrania, que ha generado una guerra entre ambas naciones y mantiene en zozobra al resto del mundo, ha llevado a que la mayoría de las bolsas de valores del mundo caigan, que suban los precios del petróleo y de algunos otros combustibles; el aumento impresionante de la inflación en los Estados Unidos y la escasez de algunos productos a nivel mundial, fruto de la ralentización de los niveles de producción por los confinamientos del año pasado. Estas situaciones hacen preguntarnos: ¿Es buen momento para iniciar un emprendimiento? ¿Debo renunciar a mis proyectos y esperar a que las “aguas se calmen”?
Revisando un poco de historia, he encontrado que más de la mitad de las empresas que integran la lista Fortune 500, las 500 empresas más importantes y grandes del mundo, nacieron durante una crisis económica, y de ese número, unas 50 compañías que hoy son consideradas “Unicornio”, porque están valoradas en más de 1.000 millones de dólares, nacieron durante la recesión económica del año 2008.
Si hiciéramos un estudio más profundo encontraríamos que las Microempresas representan en nuestra región el 88,4% del total, y las Pequeñas empresas el 9,6%; es decir que, si las sumamos, el sector MiPyme vendría a ocupar el 98% del total de las empresas de Latinoamérica y El Caribe. Para lograr que nuestro nuevo emprendimiento sobreviva y sea un ejemplo de éxito de arranque de un negocio en tiempos de crisis, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Sector al que nos vamos a dirigir (la necesidad de nuestro producto o servicio)
Lo que vamos a vender, ¿realmente es requerido por nuestro entorno? ¿Tenemos potencial de colocarlo en el mercado? ¿qué de distinto estoy aportando respecto de los demás existentes en el mercado? Resolviendo estas preguntas podríamos tener gran parte del camino recorrido, ya que debemos estar claro en el potencial de nuestro negocio.
Sólo a título de conocimiento, los sectores que más se han desarrollado y han crecido en los últimos años han sido los de tecnología aplicada a la agricultura (AgroTech), la tecnología aplicada al sector salud (HealthTech), negocios de economías colaborativas (intercambio de servicios), Fintech (servicios financieros innovadores distintos a la banca tradicional), comercio electrónico, entre otros.
- ¿Dónde obtendremos nuestra materia prima e insumos?
A medida que evitemos incertidumbres y sorpresas en nuestra cadena de proveedores, seremos cada vez más exitosos. Es común encontrar empresas que sólo obtienen sus materias primas al inicio y luego o se les encarece o escasea, y no logran ubicar rápidamente otras alternativas aceptables, por lo que el negocio tiende a paralizarse y en muchos casos a desaparecer.
- Capital para el emprendimiento
Tan fundamental como son los dos puntos anteriores, lo es el hecho de tener bien definido de cuánto capital disponemos para nuestro proyecto, y más importante, respetar ese presupuesto.
- Asesoría y acompañamiento oportuno
Si eres de las personas que crees que conoces todo acerca del emprendimiento, por muy pequeño que sea, y consideras que no necesitas asesoramiento o no estás dispuesto a recibir el consejo de los expertos, quizás pases a englobar el 65% de empresas que fracasan durante los dos primeros años de emprendimiento. Recuerda que hay empresas y personas que se han dedicado a estudiar y analizar metodologías, procesos y experiencias de casos exitosos y de otros que no lo han sido, y cuentan con información del mercado como para apoyar tu emprendimiento.
- Costes Tributarios
Tener claros los diferentes impuestos o tributos que se deben pagar por todo el proceso de un emprendimiento es fundamental para lograr respetar ese presupuesto del que hablamos.
- Acceso al financiamiento
En la actualidad existen alternativas distintas de financiamiento a la banca tradicional, por lo que evaluar todas las opciones disponibles y escoger la que mejor se adapte al proyecto, podría ser crucial para la vida del mismo.
Iniciar un proyecto o emprendimiento en época de crisis o de bonanza no garantiza el éxito del mismo. Lo que sí lo garantiza, es contar con todas las herramientas necesarias para asegurar que tu negocio nazca y crezca bien encaminado, con bases seguras y sólidas, inclusive a costos muy inferiores a los acostumbrados cuando te haces asesorar de personas con conocimiento en ello. No es momento de renunciar a tus sueños, sino más bien de organizarte para alcanzar los mismos.