4.- Abraza el agua y la comida hecha en casa. Elimina la compra de productos que se calientan en el microondas, comer fuera y consumir refrescos; al menos inténtalo durante una temporada. No solo servirá para ahorrar dinero, sino que hará bien a tu salud. Con suerte para cuando te recuperes económicamente ya habrás creado un hábito.
5.- Adiós a las tarjetas de crédito. Son demasiado tentadoras, especialmente por la facilidad por la que puedes hacer compras en línea con ellas. En la página The Simple Dollar recomiendan que antes de comprar cualquier cosa con tu tarjeta de crédito, te tomes diez segundos y medites la pregunta “¿Por qué/para qué estoy comprando esto?” y solo procedas si la respuesta es completamente válida. En cuanto puedas elimina las deudas y trata de no adquirirlas otra vez.
En conclusión, lo importante es construir hábitos. El hábito de ahorrar, el hábito de cocinar en casa, el hábito de hacer actividades que no cuesten mucho dinero, y de no comprar cosas compulsivamente o por caprichos. Aplicar estas técnicas ayudarán a que tengas un manejo más efectivo de tus finanzas y a que el dinero, aunque poco, rinda lo suficiente.