Hace un par de columnas abordé brevemente el tema de las batallas legales que están enfrentando algunos youtubers o “vloggers” (video bloggers) famosos en México, como Mariand Castrejón –mejor conocida como “Yuya”- y Gabriel Montiel, alias el “Werevertumorro”. Estos famosos vloggers mexicanos confiaron en un manager que muy probablemente les dio a firmar contratos leoninos (abusivos) en donde le cedían no solo el control de sus canales, sino también buena parte de los ingresos generados a favor de una o varias redes multi canal (popularmente conocidas como “las networks”).

Como lo comenté hace unas semanas, “las networks” (MCN) son organizaciones o empresas que administran diversos canales de YouTube para ayudar a los vloggers a editar, administrar y monetizar sus videos. Esta última parte, la generación de ingresos por venta de publicidad, es la que trae de cabeza a los populares youtubers mexicanos.

Convertirse en “video blogger” es una actividad de creciente popularidad en la red, tan es así que hace unos días anunciaron en la prensa la apertura de la primera escuela para ‘youtubers’ mexicanos. Para evitar broncas legales serias y problemas innecesarios, es importante tomar en cuenta los siguientes consejos:

1) CONOCE CONCEPTOS BÁSICOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL. Una marca registrada no es lo mismo que una obra registrada, o que una reserva de derechos.

El Derecho de Autor es un conjunto de normas jurídicas que regulan los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a los autores, por el solo hecho de la creación de una obra literaria, artística, musical, científica o didáctica, esté publicada o inédita. La protección que otorga la Ley Federal del Derecho de Autor a las obras es la vida del autor más cien años después de su muerte. Después de este plazo, las obras entran al dominio público. El órgano que regula esta materia en México es el Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR).

Son sujetas a protección en este rubro, entre otras, las obras cinematográficas y audiovisuales, programas de radio y televisión, programas de cómputo (software), fotográficas, etc.

Una Marca es un título que concede el derecho exclusivo a la utilización de un signo distintivo para la identificación de un producto o un servicio en el mercado. Por su composición, las Marcas pueden ser: Nominativas (formadas por palabras), Innominadas (formadas por símbolos, imágenes o figuras), Mixtas (formadas por palabras y símbolos, imágenes o figuras) y Tridimensionales (envoltorios, envases, formas del producto o su representación). Como lo he mencionado con anterioridad, hay 45 clases en donde puedes buscar obtener el registro de tu marca. Para las actividades clásicas de un vlogger se recomienda registrar su marca en las clases al menos en la clase 41 e idealmente también en la clase 45.

La protección que otorga la Ley de la Propiedad Industrial a las marcas es de 10 años, renovables por períodos iguales. El órgano que regula esta materia en México es el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).

Revisa personalmente estos trámites para que te asegures que los derechos de propiedad intelectual e industrial que se registren queden a tu nombre.
 
2) SI VAS A INTERACTUAR CON TERCEROS SIEMPRE FIRMA UN CONTRATO. Si en tu carrera como youtuber o emprendimiento digital vas a interactuar con terceros, como “managers”, “representantes”, editores de video o guionistas, firma siempre un contrato en donde queden claras a las partes involucradas los derechos y obligaciones que cada uno asume. En otros países “la palabra basta”, pero en México desafortunadamente no. Si alguien te promete algo, que te lo ponga por escrito. Si te dan a firmar un contrato que TU no hiciste ten mucho cuidado, es muy probable que la mayoría de las cláusulas favorezcan a quien lo redactó. Lee con detalle cada cláusula, si no entiendes algo o tienes dudas, no le preguntes a quien te lo dio a firmar, pregúntale a un abogado especialista en la materia (propiedad intelectual) de tu confianza.

Una parte importante en cualquier emprendimiento de negocios es firmar un contrato de confidencialidad, que te permita estar seguro de que al platicar tus ideas con terceros, éstos no las puedan usar en tu perjuicio o en su beneficio sin tu consentimiento. Si lo haces y alguien te roba tus ideas, podrás tener elementos para iniciar una acción legal en su contra.

3) ESTUDIA LOS TÉRMINOS Y CONDICIONES DE YOUTUBE ANTES DE SUBIR CUALQUIER VIDEO. Hay que recordar que YouTube es un servicio de Google, quien es una empresa que al proporcionar la mayoría de sus servicios de manera “gratuita” tiene el derecho de establecer sus propios “términos y condiciones”, que por obvias razones en muchas ocasiones contienen lenguaje que le favorece a Google y no suele ser del agrado de muchos usuarios.

Cuando menos recomiendo que leas los:
• Términos y Condiciones para Usuarios
• Términos y Condiciones para Desarrolladores
• Directrices de Marca (Cómo usar la marca “YouTube”)
• Directrices de Monetización (Cómo usar y crear aplicaciones de pago)
• Centro de Derechos de Autor de YouTube

4) SI TE VAS A ASESORAR LEGALMENTE REVISA BIEN LOS ANTECEDENTES Y LA REPUTACIÓN DE TU ABOGADO. En el mundo de la abogacía te puedes topar con grandes juristas, con abogados del montón (de los que dicen “si” a cualquier tipo de consulta) y desde luego con charlatanes. Quien te asesore en esta materia debe ser experto al menos en dos áreas: propiedad intelectual y derecho informático. Cabe destacar que no es lo mismo prestigio que fama. El prestigio va encaminado siempre hacia el honor y la buena reputación, mientras que la fama no siempre es positiva. Algunos abogados “famosos”, han adquirido dicha fama no precisamente por ser buenos, sino por venderse con la contraparte.

5) USA EL SENTIDO COMÚN. En los negocios no hay amigos ni familiares, cualquiera te pueda dar la espalda en cualquier momento si no tienes un instrumento legal sólido que te respalde. Si alguien te ofrece algo demasiado bueno para ser verdad, seguramente no lo es, o lleva algún “truco” o engaño de por medio. Revisa a conciencia todo lo que te den a firmar, inclusive si viene de tu abogado. El exceso de confianza y la “buena fe” suelen provocar dolores de cabeza cuando no hay prudencia y contratos firmados de por medio.