Cualquier emprendedor requiere de un equipo de trabajo que trabaje para objetivos similares, sin embargo, una comunicación mal efectuada puede traer malos entendidos, que de no aclararse puede generar resentimientos no procesados que suelen compartir personas con personalidad negativa o tóxica.

Un análisis de la Universidad de Georgetown refiere que las áreas de recursos humanos de compañías de manufactura, un 10 por ciento de sus empleados suelen tener comportamientos tóxicos o negativos con el paso del tiempo, mientras que otro 30 por ciento de trabajadores aceptaban que sus problemas eran “malentendidos”, De acuerdo con Inc, las personas tóxicas tienen en común que se presentan como “muy agradables” en un inicio, pero suelen tener comportamientos manipuladores y chantajistas, pero existen formas de detectarlos:

Hablan mal de alguien más. Para analistas, las personas que critican o se quejan de un tercero que no está presente es una señal de que es una “persona tóxica”, lo cual refiere al la frase cliché pero cierta, de que cuando no estés presente hablarán mal sobre ti, no obstante, la excepción es cuando el comentario tiene sentido en un contexto o viene acompañado de propuestas.

Se quejan. No suelen quejarse de un empleo o de alguien, las personas tóxicas suelen ser más listas, ya que centran sus quejas en su entorno, conductas, circunstancias terceras, aspectos que absorben la atención de sus acompañantes, cuya respuesta es tratar de solucionar lo que sea que están escuchando, lo cual siempre culmina con una propuesta perdedora.

Piden un trato especial. Los mercadólogos no deben tratar con personas que piden trato preferencial, es decir, piden fechas extras a las acordadas o que incumplen un término u objetivo en común que un equipo sí respetaría. En ocasiones se trata de personas que piden favores especiales constantemente.

Se jactan, presumen. Según Inc, este tipo de personas solo necesitan tener o encontrarse con alguien para presumir logros, pero no de forma pasajera o para contextualizar sobre algún tema, sino que lo hará durante minutos, donde expondrá sobre qué tan exitoso es y fueron sus proyectos, además de sus ingresos, estilo de vida, gustos, o hobbies.

No son compasivos. Al parecer, la sensación que despiertan estas personas es tensión, infelicidad o ansiedad, señales que describen a una personalidad tóxica, ya que no se trata de una persona proveniente de una cultura distinta, muy inteligente o exitosa, sino de una persona pretenciosa, irrespetuosa y arrogante.