La corbata no es solamente un adorno al vestuario masculino, si no que representa símbolo de estatus, poder y elegancia que ha perdurado a lo largo del tiempo, pero ¿alguna vez te has preguntado de dónde surge este accesorio?
Esta prenda icónica surge durante la posguerra; durante la Guerra de los 30 años, en el siglo XVII, el Rey Luis XIII de Francia contrató a mercenarios croatas para ganar la contienda, los cuales utilizaban, como parte del uniforme, una pieza de tela en su cuello que tenía como función mantener la chaqueta amarrada. Al rey le llamó tanto la atención que impuso como mandato real que cada asistente a su corte debía usar un accesorio como ese, a la cual le llamó “la Cravate”. A partir de entonces la corbata surge como un código de comunicación no verbal para transmitir formalidad y elegancia.
Sin duda, este accesorio es el complemento ideal para expresar tu individualidad y personalidad gracias a su gran variedad de opciones. A continuación te comparto estas recomendaciones para que la corbata esté a tu favor y no en tu contra:
Largo de la corbata: independientemente de tu estatura, la punta de la corbata siempre tiene que llegar a la hebilla de tu pantalón. Si es más corta, es posible que no sea la talla correcta.
Ancho de la corbata: dependerá mucho de tu complexión, es decir, si eres un hombre delgado, se recomienda que tu corbata también lo sea; en cambio, si tu complexión es robusta, las corbatas anchas son para ti.
En relación con la camisa: la corbata debe ser un color más oscuro que tu camisa, pues de esta manera lograrás destacarla.
Combinación con el pañuelo: hoy en día ya no es recomendable utilizarla con el mismo estampado que el pañuelo, sino que esté en armonía con él, así lograrás una combinación más atractiva.
Corbata de poder: la corbata lisa en color rojo es la corbata de poder por excelencia, ya que, en palabras de Mark Woodman, analista de tendencias que estudia los colores en Maryland Estados Unidos, “hay algo en el rojo que siempre recuerda a la fuerza, autoridad y pasión”.
Recuerda que la corbata no es un accesorio obligatorio, investiga cuál es la ocasión y el código de vestimenta de tu empresa para conocer de qué manera puedes usarla y que juegue a tu favor.