Los períodos de crisis en las empresas son los momentos más dolorosos a los que se pueden enfrentar los socios, accionistas, dueños del negocio y la administración de la compañía, pues se trata de una etapa tan compleja, donde sobrevivir será el objetivo en mente, para que a partir de ese punto, se pueda hacer un análisis del por qué se entró en dicha crisis y finalmente hacer cambios que ayuden a fortalecer la situación financiera de la compañía.
Vivimos tiempos altamente competitivos, donde cualquier distracción puede costarle mucho dinero a una compañía y como consecuencia de esto crear una situación de crisis que provoque pánico y nerviosismo en los máximos niveles jerárquicos de la organización.
Buscar culpables o eliminar gente del organigrama no servirá de mucho, pues por el momento hay que encaminar todos los esfuerzos y propuestas en corregir el problema y evitar perder el tiempo en cuestiones que no ayudarán a salir del hoyo en el que está metido la empresa.
La crisis no desaparecerá de la noche a la mañana, llevará un período de tiempo mientras las cosas vuelven a la normalidad, pero nos deberá servir la experiencia para afrontar o prevenir cualquier situación que pueda poner en riesgo la marcha del negocio.
Por lo pronto les dejo una serie de recomendaciones que podemos aplicar en casos de crisis en una empresa:
1. No perder la calma
Ante una situación de crisis, lo peor que podemos hacer es perder la calma y que se nos agote la paciencia, porque una vez que se pierdan estas virtudes de todo líder, las decisiones que se empiecen a tomar serán alocadas, no pensadas y lejos de sacar el barco a flote lo único que se conseguirá es que se hunda más la compañía y salir de esta crisis será doblemente complicado y posiblemente ya no de tiempo de enderezar la nave.
2. No quedarse pasmado
Hacer nada y esperar que por gracia y obra del espíritu santo se revierta la situación de crisis por la que está pasando la compañía no servirá de mucho, por el contrario, puede ser que la situación todavía se agrave más por la inoperancia de la gente que está involucrada directamente con la generación del problema, así que hay que tomar acción inmediata para contra restar la situación caótica y empezar a dar resultados de inmediato.
3. Se convierte en un reto para los niveles directivos
En momentos de crisis es cuando la experiencia y capacidad de liderazgo harán que la crisis se convierta en algo momentáneo, que tiene que ser aprovechado para aprender y al mismo tiempo poner en práctica todas las habilidades con las que contemos, porque será necesario utilizarlas para salir del hoyo. La diferencia entre alguien que quiere ser grande a quedarse en la orilla es que convertirá el problema en una oportunidad y saldrá con la mano en alto en señal de victoria, de decir, si podemos contra la adversidad, aunque esta nos genere sangre, sudor y lágrimas.
4. Contar con plan B
Cuando las circunstancias que están rodeando a la empresa van en contra del plan de acción original y nada de lo que se tenía planeado nos está funcionando, es el momento de actuar con el plan B, porque de lo contrario podríamos entrar en una profunda crisis de la cual pudiéramos salir seriamente dañados y levantarnos significará un alto costo de operación que puede propiciar el final de la empresa, así que hay que tener cuidado con las reacciones tardías y más vale intervenir a tiempo con un segundo plan a dejar que todo se convierta en un desastre para la organización.
5. Ocultar el daño solo empeorará las cosas
Cuando las cosas van mal, lo peor que se nos puede ocurrir es ocultar la situación ante los accionistas o dueños del negocio, porque cuando se esconde algo tan relevante y trascendental para la continuidad de la marcha del negocio, también estamos evitando que se generen ideas y soluciones para tratar de revertir la crisis en la que ha entrado la compañía y en este tipo de casos el tiempo es fundamental para tomar decisiones que vayan encaminadas a darle solución al problema que está afectando seriamente la continuidad de la empresa y la credibilidad de la persona que ocultó la grave situación se perderá por completo.
Las crisis siempre existirán, unas más graves que las otras, lo realmente importante es el manejo de la crisis, pues quien entre en pánico seguramente hará cosas que compliquen todavía más la situación, por lo que será mejor hacer un análisis detallado del problema de manera rápida y efectiva que nos permita identificar la falla o fallas y entonces poder tomar decisiones que contribuyan a resolver el problema y transformar un fracaso en un éxito para la organización.