“Hagas lo que hagas, hazlo tan bien para que vuelvan y además traigan a sus amigos”, esta frases de Walt Disney es certera y además muestra al vendedor que no se puede permitir errores.
Una vez que el personal de ventas ha conseguido la atención de un posible cliente y ha superado la etapa más complicada, engancharlo, es trascendental no perderlo, por ello debe evitar los siguientes cinco pecados más comunes:
Improvisar. Si bien parte del encanto de un vendedor es saber improvisar ante un cliente del que se puede esperar todo, es básico que no todo sea ir sobre la marca, sino tener un plan y diálogo base, además de un estudio previo del posible consumidor.
Creer que todos son clientes. El vendedor debe estar preparado para descartar a personas que no tienen poder adquisitivo para obtener el producto en oferta, no insistir demasiado tiempo en este segmento, sino primero apostar por el target.
Ignorar al mercado. Escuchar al consumidor siempre será el camino correcto. El departamento de ventas debe atender a las necesidades de los futuros clientes y un camino puede ser el estar atento a la conversación digital, para saber cómo conectar un tema con el producto en oferta.
Quedarse en el pasado. La preparación constante es trascendental para el profesional de las ventas, pensar que se sabe todo es un verdadero pecado.
Acosar. Una vez que el posible cliente dice un “tal vez”, el vendedor no debe caer en el error de acosarlo si bien hay que darle seguimiento, lo cierto es que las llamadas y mensajes constante no son el camino correcto.