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El derrumbe de los precios del petróleo jaquea algunos segmentos de mercado
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Los autos eléctricos están en problemas, junto con la extracción de litio y la producción de baterías
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También la extracción de petróleo no convencional tendrá complicaciones
La guerra por el precio del petróleo que se desató entre Arabia Saudita y Rusia está trastocando el escenario económico mundial, incluso aún más que la guerra comercial entre China y los Estados Unidos.
Es que la brusca alteración en los valores de comercialización del barril de crudo produce efectos muy nocivos y obliga al replanteo de cada uno de los negocios.
Por un lado, hay segmentos de mercado que se verán beneficiados: el transporte, por ejemplo, tendrá combustible más barato, por lo que los servicios de logística deberían festejar. Incluso Amazon podría disfrutar de las bondades de un crudo a 30 dólares, como llegó a cotizar el lunes.
Sin embargo, otros negocios se volverán inviables si el precio de oferta se mantiene por mucho tiempo.
Fabricación de autos eléctricos
El mercado de los vehículos eléctricos se basa en una premisa: los combustibles fósiles son finitos y como en algún momento se van a empezar a terminar, su precio será tan alto que los motores a combustión interna desaparecerán.
El problema es que con el barril de petróleo a 30 dólares por mucho tiempo esto no va a ocurrir en el corto plazo, ni en el mediano, lo que congelará las inversiones en movilidad eléctrica.
Hay miles de millones de dólares invertidos en esos desarrollos por prácticamente todas las automotrices del mundo.
Otros entienden que no será el fin de los e-cars. “Les recuerdo que el principal impulso [de los autos eléctricos] es ambiental; prácticamente no se van a poder vender autos a combustión en Europa en las próximas décadas por las emisiones de CO2”, apunta Mauro Osorio, editor de @CarsDriveCba.
Producción de baterías para e-cars
Las baterías de iones de litio para automóviles son clave para el desarrollo de los autos eléctricos, por lo que hay numerosas empresas que se han dedicado especialmente al tema. Con un avance menor en el mercado de los e-cars, esto será un problema.
Estas baterías se producen básicamente en China, Japón y Corea. Europa ha comenzado a desarrollar productos en los últimos años, como en el caso de Basf y Opel.
Los mayores jugadores en el segmento son la china CATL, las coreanas Samsung SDI y LG Chem, y la japonesa Panasonic, actualmente el proveedor exclusivo de celdas de batería de Tesla. También está la fabricante china Tianjin Lishen.
Extracción de litio
El llamado “oro blanco” es el mineral clave de las baterías para los e-cars. Pero sin ese negocio en auge, todo se desploma como un castillo de naipes para el litio.
En Argentina, uno de los países con mayores reservas junto con Chile, Australia y China, ya se está viendo una baja en las inversiones. El proceso de ralentización comenzó con los problemas en los mercados del año pasado y se profundizó ahora.
“Una muestra contundente es la decisión de la francesa Eramet de suspender su proyecto de 600 millones de dólares pautado para el salar Centenario-Ratones, en la provincia de Salta”, publica iProp. Y agrega que “la estadounidense Livent Corporation” también “transmitió su decisión de colocar en revisión los planes actuales de expansión de capacidad”.
En 2018, la tonelada de litio llegó a cotizar a 16.500 dólares; ahora no vale más de 8.000.
Biocombustibles
La producción de biocombustibles también tendrá problemas con el petróleo tan bajo. Estos productos llegaron para comenzar a reemplazar los combustibles fósiles y adelantarse a una disparada de precios derivada de la escasez.
El nuevo escenario lo cambia todo.
En Argentina, por ejemplo, por ley, el gasoil se corta con un 10 por ciento de biodiésel; y la nafta, con un 12 por ciento de bioetanol.
Extracción de petróleo no convencional
La extracción de shale oil o petróleo con convencional también estará en problemas. Con el precio del barril por debajo de los 50 dólares, este crudo es tan caro de extraer que deja de ser rentable.
Estados Unidos es uno de los más perjudicados porque buena parte de sus reservas están en este tipo de mineral.
El país de Donald Trump tiene la llamada cuenca Pérmica, una zona rica en shale oil ubicada al sur de los estados de Texas y Nuevo México, y al norte de México. Con el mercado con precios diferentes, se estimaba que se alcance los 5,4 millones de barriles para 2023, más que la producción total de cualquier país de la Opep, excepto Arabia Saudita.
Compañías como Chevron, Exxon, Shell y BP hicieron numerosas inversiones en los últimos años en la región, recuperando el terreno que perdieron en la primera etapa de la extracción de shale oil a manos de productores independientes.
De hecho Chevron, la segunda compañía petrolera y de gas más grande de los Estados Unidos (después de Exxon), invirtió US$ 50 mil millones en Anadarko Petroleum, uno de los principales productores “chicos” del país.