Si bien cualquier empleado y profesionista tiene la capacidad de convertirse en un líder, lo cierto es que existen hábitos dañinos que pueden mermar dicho objetivo, sin embargo, muchos de ellos son hábitos inconscientes.
Los CEO’s más importantes del mundo, como Elon Musk, de Tesla, Mark Zuckerberg, Facebook, o Jack Ma, Alibaba, han recalcado en reiteradas ocasiones que su camino al éxito fueron escalones llenos de fracasos, y coincidieron la importancia de la retroalimentación.
Lo que se puede observar del éxito de los fundadores de estas compañías fue su capacidad de resiliencia y su habilidad de obtener nuevas perspectivas en el menor tiempo posible, así como la autoconciencia, la cual les permite adoptar mayores responsabilidades, además de integrar el respeto y la colaboración en equipo. De acuerdo con Inc, los hábitos dañinos son los siguientes:
La otra cara. Algunas personas tienen patrones de pensamiento disfuncional, que van desde una baja autoestima hasta una ser susceptible a distractores, lo que tarde o temprano llevará a una mala toma de decisiones.
Ser negativo. Hay profesionistas que ven las cosas en blanco y negro, es decir, ven las cosas de forma bipolar, desde el vaso que está medio lleno o medio vacío, es decir, viven en el peor resultado de las cosas. Además, tienden a limitar la capacidad del equipo a aceptar las cosas como ellos las ven, lo cual daría lugar a la negatividad.
Ser muy exigente. Al parecer, se trata de gerentes de rango medio o bajos en EQ quienes normalmente quieren las cosas “a su manera” sin consultar con el equipo, aunado a que tienen expectativas irreales que nublan el sentido de la realidad y sabotean los procesos de trabajo.
Muy crítico. Una actitud de juicio constante solo contaminará el ánimo de trabajo en el equipo, por lo que la solución será dejar de sacar las conclusiones antes de tiempo y atender todos los hechos primero y comenzar a escuchar con atención para mejorar sus habilidades de comunicación.
Ser indeciso. La incapacidad de tomar decisiones perjudica al equipo, ya que algunas personas puede sufrir la “parálisis de análisis”, que es pensar demasiado, atascarse e intelectualizar demasiado las cosas, por lo que aprender a deducir las cosas y contextualizarlas podría ser una salida más veloz.