La primera justificación de peso ya nos la dio Google, pues ha creado el primer sistema operativo desarrollado específicamente para los objetos que se visten, para que así dichos artículos operen de manera más sencilla. Pero también las aplicaciones son necesarias para que los productos wearable (como se les conoce) sean útiles.

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Es un hecho que estamos en la era de la información y de la conectividad, así que ya no es posible frenar esta ola de marcas que empiezan a fabricar artículos inteligentes, cuya características principal es que ofrecen conexión a la web y con otros dispositivos.

Una prueba de ello es la aparición de aplicaciones para Google Glass, que aún no se masifica su venta, así como el surgimiento de nuevos relojes inteligentes a pesar de que algunas marcas como Sony ya lanzaron su segunda generación sin haber tenido buenos resultados con el primer modelo.

Pero es que todo indica que la tendencia va hacia lo wearable, y son las mismas compañías las que deben propiciar el crecimiento de este mercado y la primera razón por la cual se afirma lo anterior es que deben existir aplicaciones que se puedan utilizar a través de estos artículos, para que sean útiles.

Pero ¿cómo justificar la asignación de un presupuesto para el desarrollo de apps para artículos wearable?

1. Como ya antes se ha mencionado, la razón más fuerte peso nos la acaba de ofrecer Google, al lanzar su sistema operativo Android Wear, una plataforma pensada exclusivamente para los artículos de vestir que se conectan, la cual se caracteriza como todas las versiones de Android en ser de fuente abierta (open source) para que los desarrolladores construyan sobre ella fácilmente.

Pero no veamos como lejana la posibilidad de que sean dados a conocer otros sistemas operativos diseñados específicamente para lo wearable.

2. Se avecina un fuerte crecimiento en lo wearable, según pronósticos de algunas consultoras. ABI Research proyecta que durante 2014 se llegarán a vender 90 millones de gadgets wearable en total. Por ejemplo, también se estima que en el curso del presente año se comercializarán 2 millones de unidades de lentes inteligentes y que la cifra aumentará considerablemente para el 2015.

3. Pero todo es un ganar-ganar. Si los fabricantes de estos artículos desean que sus productos se vendan, tienen que propiciar el desarrollo de aplicaciones que le agreguen valor a los gadgets, para hacerlos atractivos para los consumidores, si no ¿de qué serviría gastar en un reloj inteligente que ofrece menos funciones que un smartphone?

4. Una razón más es el no quedarse fuera de la jugada. Los usuarios tienen muchas aplicaciones favoritas, las cuales ya operan en la web y en distintos sistemas operativos como Android, iOS, Firefox OS, así como (en menor medida) en Windows Phone y BlackBerry. Estos mismos usuarios esperarán utilizar sus mismas aplicaciones a través de un reloj inteligente, una pulsera, gafas, y por qué no, leer prequeñas actualizaciones de Facebook y Twitter en una playera o calzado deportivo.

5. Finalmente, también es importante considerarlo como una nueva oportunidad de negocio. Porque habrá aplicaciones que tendrán mayor sentido en un artículo wearable, que en otro, como el medir el ritmo cardiaco a través de una playera deportiva y la distancia recorrida en unos tenis, o compartir movimientos estratégicos de alpinismo a través de guantes inteligentes o trajes de baño con sensores para analizar la técnica de nado. Apps que sin duda serán atractivas a nichos de mercados, que podrán generar ganancias y ventas a los desarrolladores.