México, D.F.- Uno de los grandes entrenadores en jefe que el futbol americano ha brindado es sin lugar a dudas Don Shula, único coach en haber terminado una temporada de forma invicta en la historia de la NFL, un hombre cuyo liderazgo no ha tenido igual hasta el momento. Te presentamos 5 frases de Don Shula que cualquier directivo puede aplicar a su trabajo cotidiano.
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“Por supuesto que la suerte importa en el futbol american. No tener un buen quarterback es pésima suerte”
Con esta frase Don Shula ironiza sobre la importancia de tener alguien capaz tomando las decisiones importantes, ya que si bien es cierto que cada quien construye su propia suerte, la posibilidad de que las cosas salgan mal teniendo a alguien que sea bueno en su trabajo se reducen considerablemente.
“No conozco otro modo de enseñar que no sea a través del ejemplo”
Es muy sencillo dar órdenes sin pensar en el esfuerzo que los subordinados tienen que realizar día a día para que éstas se lleven a cabo. Sin lugar a dudas el guiar a través del ejemplo tendrá resultados más positivos que simplemente asignar trabajo a destajo.
“El éxito no dura para siempre y el fracaso no es fatal”
No podemos esperar que un éxito nos mantenga en la cúspide por toda la vida, sino que éste debe de motivarnos a alcanzar nuevas metas cada vez más ambiciosas; sin embargo de la misma manera un fracaso no nos marcará para siempre, pues siempre habrá nuevas oportunidades para lograr el éxito.
“La única cosa que sé es que ganas teniendo gente capaz”
Muy cierto, una empresa es sólo tan grande como la gente que trabaja dentro de la misma, por esa razón no se puede esperar ser el número uno rodeado de gente incompetente. Sin embargo del mismo modo que en los deportes, los sueldos deben de corresponder al talento que se tiene, de lo contrario cualquiera puede tentar a los empleados.
“El hombre superior se culpa a sí mismo. El hombre inferior culpa a otros”
Un buen líder acepta sus errores. Es práctica común de los altos directivos culpar a algún miembro de su equipo cuando las cosas salen mal, y aunque en ocasiones será así, en muchas otras la culpa radicará en los directivos, quienes normalmente se empecinan en que sus ideas sean seguidas al pie de la letra sin importar cuan malas sean éstas.