Datos del portal de búsqueda de empleo Bumeran destacaron que el salario no es suficiente para crecer en un empleo, por lo que un 56 por ciento de los profesionistas “renunciaría” a su empleo por una mala relación con su jefe.
Un 54 por ciento de los mexicanos consideró que un núcleo de amistad y compromiso por parte de sus jefes impacta de forma positiva en su trabajo, sin embargo, las tensiones laborales entre jefes y empleados son mal abordadas, o con el lenguaje inadecuado, lo que puede ocasionar malentendidos que pueden dañar la relación laboral.
El portal Marketing Week destaca estas maneras para discutir con tu jefe y no terminar despedido:
Acentuar lo positivo
Aunque es complejo dar malas noticias terminando con un giro positivo, el empleado que pretenda diferir de la opinión de su jefe y tratar de disuadirlo, debe argumentar sus puntos con una visión equilibrada y constructiva, que vaya más allá de “lo que está bien y lo que está mal”, sino más bien “qué hacer más, qué dejar de hacer y qué hacer de manera diferente”.
Evitar el uso del “Yo”
Cualquier declaración, observación o señalamiento que comience con un “yo”, podrá en automático a tu jefe a la defensiva. Lo recomendable es utilizar toda una gama de verbos en primera persona, como “siento que”, “opino”, “Creo”, “pienso”, entre muchos otros, los cuales ofrecerán diferentes perspectivas de la verdad y dejarán espacio para la discusión, interpretación y alineación.
Centrarse en un objetivo común
Al abordar un problema, recuerda a tu jefe los objetivos con una acción o decisión en particular, es decir, debes basar tu discusión en objetivos compartidos y no propios, y siempre responder con datos y argumentos, ya que un jefe siempre preferirá la retroalimentación a discutir.
Hacer preguntas
Los jefes suelen ser personas mejor preparadas que sus empleados, por lo que antes de señalar problemas es mejor comprender la situación o problemática en contexto, lo cual abriría un diálogo, al tiempo que hacer preguntas útiles puede ayudar a ver a los jefes que están equivocados en algo antes de tener que decirlo. Es como una forma de entregar malas noticias y al mismo tiempo, ofrecer estar abierto a equivocarse, lo cual disminuirá una retroalimentación negativa.
Ofrecer soluciones
Según el análisis, si el empleado tiene una opinión, entonces tiene una responsabilidad, incluso si el jefe era el único responsable de una mala decisión, puesto que se sobre entiende que cuando te contrataron te comprometiste a ayudar a la empresa a resolver el problema y salir adelante.