Encontrar una separación adecuada entre las actividades personales de las laborales resulta indispensable para tener un buen funcionamiento integral en todos los aspectos, lo ideal sería no tener problemas tanto en lo personal como en lo laboral, pero eso simple y sencillamente no ocurrirá. Lo que tenemos que reforzar es que los problemas personales se queden en el hogar mientras estemos trabajando y los problemas laborales dejarlos en la oficina una vez que lleguemos a casa.
Mantener un equilibrio entre la vida laboral y la personal es fundamental para alcanzar el éxito profesional y personal, porque sabemos que estamos jugando los roles de una manera adecuada tanto en el hogar como en la oficina y se reflejará en el aspecto emocional que finalmente es donde más nos puede llegar a afectar tanto en la parte física como en la anímica y se puede convertir en un problema irreversible.
Debido a lo anteriormente comentado, es necesario hacer una autoevaluación para conocer si el trabajo está invadiendo nuestra vida personal, con objeto de corregir asuntos que pudieran llegar a afectar nuestro entorno familiar, y así poder sentirnos plenos y satisfechos con nuestra actuación. Por ello menciono algunos puntos con los cuales podemos darnos cuenta de que los problemas laborales no se están quedando en la oficina y que son los siguientes:
- Quedarse en la oficina fuera del horario establecido
El primer síntoma de que el trabajo le está ganando a la vida personal, es quedarse a altas horas de la noche en la oficina por mera rutina. En un despacho de consultoría donde laboré, me di cuenta de que había gente que empezaba a trabajar a las 4 de la tarde y por ese motivo permanecían en horarios poco usuales y también ocasionaban un daño a la gente que tenían a su cargo porque tenían que trabajar con ese horario sin poder hacer absolutamente nada. La adicción a quedarse tarde en un trabajo puede ocasionar severos trastornos en el organismo, por lo que es recomendable quedarse a laborar tarde cuando la situación así lo amerite.
- Cancelar eventos sociales
Cuando no podemos ir a reuniones familiares, de amigos, fiestas infantiles, bodas y cualquier evento social al que estemos invitados por cuestión de trabajo y sobre todo si esto se repite a menudo, debemos hacer un alto en el camino y decidir que este tipo de compromisos son tan importantes como los compromisos laborales, pues también debemos mantener sana la relación familiar que tarde o temprano nos hará un serio reclamo por nuestra actitud anti social ocasionada por el trabajo.
- Recibir llamadas de trabajo todo el tiempo
Una de las mejores formas de saber que el trabajo está invadiendo nuestra vida personal es cuando recibimos llamadas o mensajes de nuestro jefe o colaboradores en sábados, domingos, días festivos, en la noche, en la madrugada o antes de salir de casa y los temas resultan siempre estar relacionado con la chamba, ni cómo evitarlo. Además en esta era de la tecnología, las redes sociales incrementan este factor, porque ahora también te podrán localizar con mayor facilidad a través de mensajes que será muy complicado evadirlos o justificarse para decir que no tuvimos la oportunidad de leerlos. Obviamente esta situación no le gustará nada a la familia que sentirá que le están quitando tiempo valioso de convivencia.
- Llevarse trabajo a casa
De por sí, la convivencia familiar resulta complicada porque uno sale temprano de casa y regresa de noche y ya no queda mucho tiempo para estar con los hijos, esposa, hermanos o padres; como para todavía llegar y sacar los papeles de trabajo para seguir dándole en casa hasta altas horas de la noche o sábados y domingos, cuando lo que tenemos que hacer es equilibrar las cosas para también asignarle tiempo a nuestros seres queridos que podrían enfadarse con facilidad por la situación de llevar trabajo a casa en vez de promover una comunicación familiar que es la base de un equilibrio emocional.
- Reflejar el estado de ánimo en casa
Cuando estamos pasando por una situación complicada en el trabajo y nuestro estado emocional refleja odio, ira o preocupación, no tenemos porqué llevarlo a casa o desquitarnos con los hijos, esposa o familiares, pues ellos no tienen la culpa de la situación por la que estemos pasando y por lo tanto estamos siendo rebasados al no tener un dominio sobre la situación.
Si queremos evitar que la relación laboral invada nuestra vida personal y después cuando hagamos lo posible por revertir la situación nos cueste sangre, sudor y lágrimas, tenemos que empezar a actuar de inmediato y como toda enfermedad lo primero que tenemos que hacer es aceptar que hay un problema, que tenemos que atacarlo de inmediato y darle tiempo y espacio a nuestra vida personal y social que resulta de igual importancia que nuestra vida laboral.