Si aún no tienes tu propio negocio, es muy probable que la idea te haya rondado la cabeza más de una vez. No importa si es emprender sólo en tu propio negocio o tener empresa con gente a tu cargo, tener tu propio negocio tiene numerosas ventajas, tales como un mayor bienestar, libertad, realización, por mencionar algunos.
No obstante, también hay retos y desafíos que hay que saber sortear ya que abrir el negocio no es el problema, sino lograr que el éste trascienda y perdure en el tiempo siendo “negocio”.
Saber escalar tu negocio para el futuro crecimiento es esencial, pero también es un proceso bastante peligroso. Una gran parte de Startups fracasan no porque la competencia las quiebre, sino por heridas que ellas mismas se infligen al no planear adecuadamente su crecimiento.
El escalamiento trae consigo innumerables posibles errores. En algunos casos, las empresas gastan en exceso en estrategias de adquisición de clientes antes de tener una idea clara de si hay un espacio real para su producto en el mercado. En otras ocasiones, los líderes empresariales comienzan a contratar empleados con etiquetas de precios altos mucho antes de que haya suficiente flujo de efectivo para cubrirlos. O pueden morder más de lo que pueden masticar al intentar implementar demasiadas funciones desde el primer día.
Así pues, mantener un buen negocio no necesariamente requiere grandes cantidades de dinero, contar con una infraestructura robusta o inventar el producto más innovador. Lo que si requiere es que sepamos encontrar una oportunidad, nos preparemos y la sepamos aprovechar adecuadamente.
A continuación, comparto algunas consideraciones generales que considero importantes para incrementar las posibilidades de éxito en el crecimiento de un negocio:
1. Haz algo novedoso (o algo similar pero diferenciado).
Hay que tener una meta a dónde llegar. Muchos negocios se forman y se vuelven exitosos porque saben detectar necesidades importantes y logran elaborar formas eficaces de satisfacerlas, ya sea desarrollando un producto completamente innovador que identifica y soluciona un “nuevo problema” o desarrollando uno que satisface más “eficientemente” una necesidad que otro producto satisfacía anteriormente. Algo muy importante aquí es no identificar o resolver un problema “equivocado”, es decir un problema que no es problema para quienes serían nuestros clientes. Así pues, validar nuestras ideas y suposiciones es indispensable antes de abrir cualquier negocio. Por último, recuerda que lo más importante es hacer algo que te guste. ¡Si haces lo que te gusta y perseveras, lo vas a hacer bien!
2. Confirma que tus “clientes” si te quieren comprar.
Relacionado con el punto anterior, tenemos que confirmar desde el inicio del negocio que el producto o servicio que pensamos ofrecer tiene o tendrá eventualmente una base de clientes estable que lo adquirirá. Muchos negocios que fallan comienzan sin evaluar apropiadamente a su base de clientes, pasando la mayor parte del tiempo en el desarrollo del producto o servicio y cuando salen al mercado encuentran que quienes pensaban que serían sus clientes no compran. Los negocios exitosos basan su desarrollo en una base de clientes verificados, confiables y buenos pagadores. También te sugiero que tomes el tiempo de desarrollar una estrategia para obtener clientes, la cual valide que realmente hay gente interesada en lo que vas a ofrecer.
3. Equilibra tu plan de negocio y su ejecución.
Muy importante tener un buen plan de negocio/marketing en el que basarás el desarrollo de tu idea, pero no olvides que en el papel suele ser, con mucha frecuencia, diferente a la realidad. Por supuesto que es indispensable saber a dónde vas, pero también es esencial ser lo suficientemente flexible para modificar tu plan a la hora en que se presentan contratiempos o cambios en tu entorno interno o externo. Mantén el plan simple y con objetivos fácilmente identificables, medibles, logrables. Ten en mente una foto clara de a dónde quieres llegar y prepárate para seguir un camino. Pero no olvides que en general es importante mantener una mente amplia y un plan abierto para conseguir las metas que te has fijado a largo plazo. Recuerda que, aunque la idea precede a la acción, es a través de la acción que la idea se valida y toma su forma final. Al final, la regla es adaptarse o morir.
4. Optimiza tus recursos.
Estamos en un tiempo ideal para iniciar nuevos negocios, aunque también es una época en la que se dificulta conseguir recursos para la etapa temprana de un nuevo negocio. La habilidad para maximizar y conservar los recursos en una etapa temprana del negocio, incrementan dramáticamente las probabilidades de éxito de este. Aún con un presupuesto amplio, las empresas que mejor subsisten son aquellas que saben administrar sus recursos eficientemente y vivir “por debajo de sus posibilidades”. Resolver y trabajar el problema es mucho más efectivo y eficiente que arreglarlo “con dinero”. Recuerda que las utilidades en una empresa se obtienen generándolas, no “mereciéndolas”.
5. Construye el equipo correcto.
Es importante darte cuenta de cuándo apoyarte en la gente adecuada para las actividades que te hacen perder foco. Ya sean áreas en las que no eres el más competente o actividades que consumen tiempo valioso que podrías invertir en cuestiones más productivas. Construir el equipo correcto implica también hacerlo en el tiempo correcto. Contratando antes de tiempo más gente, puede provocarte una descapitalización y gastos o presiones innecesarias. Recuerda siempre que el gasto/inversión debe ser siempre precedido por una necesidad real derivada de un crecimiento en el ingreso.
Estas son 5 consideraciones simples que puedes considerar para desarrollar tu negocio. ¿Conoces alguna otra que consideras importante? Te invito a que me sigas leyendo en este espacio y me sigas en Twitter en @carlosluer. ¡Recuerda dejarme tus comentarios! Nos seguimos leyendo por aquí.