Comprender al consumidor desde principios básicos del marketing donde se advierte que se debe de ofrecer al cliente lo que pida o cumplirle sus peticiones, pues siempre tiene la razón, hacen de la mercadotecnia un área en constante evolución en el cuidado de sus consumidores.
Estos son cinco ejemplos que lo explican:
1. Dunkin’ Donuts y su mantequilla pirata
La marca de retail que ofrece donas cafĂ© alrededor del mundo enfrentĂł una demanda en la que un cliente de Massachussetts alegĂł que entre 2012 y 2016 le ofrecieron donas con margarina o sustitutos en vez de mantequilla, cuando habĂa pagado 25 centavos porque estos tuvieran dicho producto. Como resultado, el demandante obtuvo de la cadena 500 dĂłlares y el resto de consumidores que se sumaron a su demanda, productos gratis que contuvieran mantequilla real.
2. Los leggings LulaRoe que se rompen
LulaRoe es una marca de leggings que se rompen apenas al primer o segundo uso, producto que ha sido descrito como papel de baño, en una demanda que se emprendió en su contra en el estado de California.
Ante la polémica, la marca contestó al sitio de noticias de BuzzFeed, diciendo que se trataba de quejas exageradas y sin mérito.
3. Longboard: la cerveza que no es hawaiana
Dos consumidores estadounidenses denunciaron a la marca Longboard tras enterarse que no era cerveza hawaiana, pues estaba elaborada en estados como New Hampshire, Oregon, Tennessee y Washington, menos en las islas de Hawai, razón por la que incluso pagaron de más por la bebida.
4. My Pillow: la almohada que no te hacĂa dormir
My Pillow es una almohada que se jacta de ayudar en contra de la insomnia, apnea, fibromyalgia, estrategia de marketing que engaña a los consumidores, al menos eso trascendiĂł en la demanda en contra de la compañĂa donde se pidiĂł que pagara un millĂłn de dĂłlares.
5. Los jugos de PepsiCo demasiado sanos
Tras una queja interpuesta por el Center for Science in the Public Interest (CSPI), donde esta advierte que los jugos Naked de PepsiCo aseguran ser más sanos de lo que en realidad son, al contar con más azúcar que una lata de refresco y menos nutrientes de los que en realidad cuentan.