Algo que los líderes aprenden y van puliendo con el paso del tiempo corresponde a la manera en la que toman decisiones, pues se van haciendo más analíticos, más reflexivos, responsables, saben medir mejor los riesgos, no aceleran la decisión, proyectan las consecuencias de la toma de decisiones y sobre todo tienen una estrategia clara cuando tienen que tomar una decisión, porque su espíritu de lucha los impulsa a ser cada vez más competitivos con miras a lograr los objetivos y resultados que la organización les pide.
Sin embargo también tenemos la otra cara de la moneda, cuando las cosas no empiezan a salir como el líder lo espera, debido a que las decisiones que se están tomando están ocasionando problemas en la organización, no están planteando la mejor alternativa posible, están tomando las decisiones a la ligera, sin argumentos, sin un adecuado estudio, sin planear, sin producir los resultados adecuados y en ocasiones hasta evadiendo responsabilidades que les corresponde asumir debido a sus constantes equivocaciones.
Por ello, es necesario reflexionar un poco sobre las posibles consecuencias que nos puede causar una mala toma de decisiones y que a continuación describo.
- Generan desconfianza
Quienes están en puestos gerenciales, deben tener muy claro que una mala decisión podría traer consecuencias devastadoras, tanto en los niveles jerárquicos superiores, como en su propio equipo, porque dependerá de que tan feo hayamos regado el tepache, para que los miembros del equipo empiecen a sospechar o a creer que su líder no está analizando adecuadamente la mejor alternativa posible para resolver la situación que se haya presentado, por el contrario, pensarán que su líder toma las decisiones a la ligera, con el corazón, con las entrañas y por eso las cosas salen mal y todo mundo deja de confiar en su criterio para la toma decisiones, genera desconfianza en el equipo y al mismo tiempo empieza a perder confianza en sí mismo, lo cual se traducirá en una cadena de errores que terminen en una posible salida de la organización.
- Incrementan el riesgo
La gente que está involucrada de manera frecuente con toma de decisiones sabe perfectamente que existe un riesgo, sin embargo la diferencia es que saben cómo medir el riesgo bajo esa toma de decisión, es un riesgo calculado, pero cuando alguien toma malas decisiones el riesgo se incrementa exponencialmente y definitivamente puede ser la causa del desastre absoluto.
- Parten al equipo
Si a la hora de tomar decisiones, no tenemos un criterio bien definido con nuestro equipo de trabajo, somos incongruentes, nos comportamos de una manera egoísta y anteponemos los intereses personales a los intereses del equipo, seguramente vamos a tener a un equipo dividido, que no se siente involucrado porque no se les pide opinión para nada. Sobre todo hay que tener cuidado cuando las decisiones están directamente relacionadas con cambios al interior del equipo porque una mala decisión puede convertir un buen ambiente laboral en un infierno.
- Dejan de apreciar al líder
Una de las cualidades de los buenos tomadores de decisiones es la de inspirar al equipo, pero si empiezan a fallar al momento de decidir y los objetivos no se consiguen, lo más seguro es que el equipo deje de apreciarlo como líder, le dará la espalda y buscarán la oportunidad más cercana que se presente para poder evidenciarlo por su falta de capacidad y provocar un cambio de mando en el timón para que otro salve el barco.
- Fomentan la irresponsabilidad
Si alguien que se considera líder y se equivoca con frecuencia porque no encuentra la manera de tomar buenas decisiones y además no hay medidas en su contra para que logre cambiar su manera de actuar, lo único que producirá es que la gente se comporte de manera irresponsable y les valga un comino los objetivos institucionales al saber que no habrá nadie que los invite a ser más cuidadosos, pero sobre todo que no hay represalias por su mala forma de tomar decisiones.
La importancia de tomar decisiones radica básicamente en la forma en que se realice dicha toma, porque las cosas pueden salir bien o mal después de haber tomado la decisión, pero si los responsables de tomar decisiones dentro de una organización no lo hacen con un procedimiento adecuado y conscientes de que tendrá consecuencias favorables o desfavorables para el logro de los objetivos, seguramente no tendrían que ocupar una posición gerencial debido a que una de las características que distingue a los líderes es la de convertir la toma de decisiones en éxitos para su equipo y para la organización.