El impacto de la pandemia del coronavirus COVID-19 sigue profundizándose a medida que pasan los meses y que los países reportan cada vez más casos de contagio. Sin duda, la salud pública, la sociedad, la economía y los negocios sufren, y uno de los indicadores que más lo reflejan, es la pérdida de empleos a nivel global.
A medida que pasa el tiempo, van surgiendo cifras relacionadas con el recorte de salarios, recorte de horas o días de trabajo, suspensión de labores sin paga, situaciones que intentan contener algo que, de acuerdo con los reportes de autoridades de los países y organismos internacionales, advierten casi como inevitable.
Ejemplo de ello es lo que señaló esta semana el Fondo Monetario Internacional (FMI), al estimar que la pandemia del coronavirus provocará “la peor caída económica desde la Gran Depresión” de 1929.
Así lo indicó la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, quien puntualizó que los estragos pueden resentirse especialmente países emergentes y pobres como los de Latinoamérica.
Un panorama del empleo afectado por el COVID-19
- Un contexto como el que enfrentamos ha motivado a hacer revisiones desde todos los frentes. Así, por ejemplo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que la crisis creada por el coronavirus COVID-19 podría provocar que entre 5,3 y 24,7 millones de personas pierdan su empleo en 2020.
- Según el organismo internacional, la situación se reflejará en grandes pérdidas de ingresos para los trabajadores, mismas que oscilarán entre los 860 mil millones de dólares y los 3,4 billones de dólares a finales de este año.
- Pero, la OIT advierte que el impacto no sólo se limita a la pérdida de empleos, las acciones de recortar horas o días de trabajo, así como el recorte de salarios, se traducirá en que entre 8,8 y 35 millones de personas enfrenten pobreza laboral. “La presión sobre los ingresos resultante de la disminución de la actividad económica tendrá un efecto devastador para los trabajadores que se encuentran cerca o por debajo del umbral de la pobreza”, indica en su reporte.
- Desde enero se han llevado registro de cómo los países han enfrentado la situación; China, Italia, España, por citar sólo algunos casos. Tal vez el ejemplo más devastador es el de Estados Unidos, donde el Departamento del Trabajo reportó que más de 16 millones de personas perdieron su empleo en las últimas tres semanas, mismas que están solicitando ayuda del gobierno.
- Esto es algo que se debe prever e intentar mitigar por parte de las autoridades y las empresas en México; debe existir sinergia. Estamos a tiempo de hacer menos profunda la pérdida de empleos en el país, una que, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de la Secretaría del Trabajo (STyPS), ya se ha traducido en 346 mil 878 puestos de trabajo menos entre el 13 de marzo y el 6 de abril.
Debe ser un trabajo conjunto
Hasta el momento, el gobierno federal ha planteado un plan de acción para incentivar a las empresas a no recortar sus plantillas de trabajadores, así como programas financieros para impulsar a las micro, pequeñas y mediana empresas. Por su parte, algunas empresas han buscado resistir el embate económico para no suprimir empleos, no obstante, aún falta mucho por hacer.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las MiPyMEs generan 72 por ciento del empleo y 52 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. En total, se estima que hay más de 4.1 millones de microempresas, de ellas se genera el 41.8 por ciento del empleo total. Esto quiere decir que son unidades de negocios vulnerables.
Se está a tiempo, México aún no entra a la Fase 3 de la epidemia de coronavirsu COVIS-19, por lo que las acciones e iniciativas relacionadas con el empleo pueden acordarse y comenzarse a ejecutar para aminorar el impacto.