Santiago, Chile.- Desde hace algún tiempo, circula por redes sociales, en correos personales y artículos en diversas revistas, algunas de las cosas que la gente que se encuentra cercana a la muerte haría, si tuviera una segunda oportunidad. Las conclusiones parecen obvias, pero ¿somos capaces de tomar decisiones para cambiar nuestra historia antes de que sea demasiado tarde?. Compartimos con ustedes 5 cosas que mucha gente haría si volviera a vivir. Tal vez nosotros aún estemos a tiempo
Tener el coraje de vivir lo que me hace feliz. Es la sentencia más evidente. Sin embargo, cada día nos damos cuenta que en gran medida hacemos y vivimos de acuerdo a lo que otros esperan de nosotros y no actuamos según lo que anhelamos.
Pasaría más tiempo con mis seres queridos. Por el trabajo y en pos de una mejor calidad de vida, postergamos a nuestros hijos, nuestros amores, nuestros amigos y nuestras propias pasiones para “mañana” y de pronto llega el hoy y no nos da la posibilidad de compartir el amor que siempre ha estado ahí.
No haber trabajado tanto. En la película “Captain Phillips”, nominada a 6 premios Oscar, impacta la declaración inicial de Tom Hanks, cuando habla de sus hijos. Él espera que uno de ellos se “tome en serio la universidad, porque así deberá responder luego en el trabajo. La vida es muy competitiva ahora” dice a su mujer, en el trayecto al aeropuerto. ¿Para qué trabajamos tanto? ¿Realmente para vivir bien? Muchos acumulan fortuna y luego se les pasa la vida y no tienen tiempo para disfrutarla.
Podría haber dicho lo que sentía. El miedo al rechazo, el miedo al “que dirán” y el MIEDO así con mayúsculas hace que nos guardemos muchos sentimientos que, de haber sido expresados en su momento, probablemente habrían hecho de nuestra vida un espacio de mayor tranquilidad y consecuencia.
Haber tomado la vida con más liviandad. Como dice un meme por ahí “no te tomes la vida tan en serio, al final no saldrás viv@ de ahí”. Aprender a soltar situaciones, a abandonar angustias, a dejar que las cosas sucedan como deben ser y no cómo nosotros queremos que sean es un aprendizaje que muchas veces llega demasiado tarde.