México, DF.- Desde 2003, la Unesco determinó que el Día de Muertos es Patrimonio Intangible de la Humanidad y es uno de los festejos más importantes que internacionalmente se reconocen como originario de México, principalmente, aunque otras culturas de Centroamérica también la llevan a cabo.

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Dicha marca sirve al país para promoverlo como un destino turístico atractivo para el final de cada año, pero para que el festejo sea reconocido como una marca mexicana no debe faltar ninguno de los siguientes elementos.

1.- La catrina. Este personaje fue creado por el artistas José Guadalupe Posada, en realidad se llama La Calavera Garbancera y era una burla hacia los comportamientos de la sociedad mexicana de mediados del siglo pasado, pero que con el paso del tiempo se volvió un elemento fundamental para la celebración del Día de Muertos.

2.- Flor de Cempasúchil. Su color naranja es imprescindible para esta fiesta, se trata de una planta originaria de México y algunos países de Centroamérica, llamada también Flor de Muerto, que al ser típica de esta época se utiliza para adornar las ofrendas o las tumbas.

3.- Ofrendas. Forma parte del ritual de recordar a quienes ya fallecieron, en casas, oficinas, o en la vía pública, lo mismo impulsadas por personas que por instituciones o empresas, las ofrendas incluyen muchos elementos como alimentos, bebidas, dulces, alcohol, cigarros y cosas que gustaban en vida los difuntos, así como flores, las rimas de las calaveritas y otros adornos.

4.- Veladas. En esta época, en México diversos destinos turísticos llaman la atención por sus rituales para celebrar los dos días destinados a los difuntos, Patzcuaro, en Michoacán, Mixquic, en la Ciudad de México, y Oaxaca, son sólo algunos ejemplos de lugares que llaman la atención de los extranjeros por los rituales.

5.- Pan de muerto y alfeñiques. La comida es básica para este festejo, el pan de muerto está hecho a base de azúcar, al igual que los alfeñiques en formas de calavera, que actualmente han evolucionado a otros materiales como gelatina o chocolate, por lo general, son artesanos quienes impulsan esta industria de confites durante esta temporada.