No importa el tamaño de la empresa en la que se trabaje, el trabajo en equipo es una constante que en mayor o menor medida afectará las labores a desempeñar, para ser eficiente y competitiva. Por ello, en mayor o menor medida, tener la capacidad de hacerlo y bien, es una de las cualidades que buscan los reclutadores a la hora de elegir un candidato para muchos de los cargos disponibles en el marcado laboral.
Saber integrarse en un grupo, para trabajar de forma coordinada y eficaz, es una aptitud muy valorada, que puede suponer un reto para muchos, por ello estas cinco claves pueden ayudar para entender mejor este proceso grupal:
- Ser organizado: contribuye a que todo fluya de forma adecuada, evita retrasos e inconvenientes con el resto del equipo.
- Ser responsable: el resultado depende de que todos lleven a cabo las tareas que se han asumido, por lo que hacerse responsable es prioritario para la consecución de los objetivos y el buen funcionamiento del grupo.
- Ser solidario: la disposición a colaborar y ayudar a tus compañeros de equipo, cuando sea necesario aumentará las probabilidades de éxito y será positivo para el ambiente laboral. Además suele convertirse en una disposición reciproca cuando se aprende a apoyar a los demás tanto en los buenos como en los malos momentos.
- Tener apertura de miras: Estar abierto a reconocer una buena idea y apoyarla, aunque no sea propia, favorece el trabajo y éxito del equipo. La creatividad y la innovación que logre el equipo van de la mano de esta apertura, mientras que actúan en su contra el orgullo y el egoísmo.
- Estar dispuesto al diálogo y la negociación: la labor de grupo suele ser inherente a posibles desencuentros o conflictos entre compañeros. Para resolverlo se debe evitar quedarse atascados en una única visión o posición y estar dispuesto a conversar, negociar y ceden, siempre de forma respetuosa y prestando atención a las ideas del otros. la mala gestión de los conflicto entorpece enormemente la labor del grupo y afecta sobremanera el ambiente laboral.