Santiago, Chile.- Cada cierto tiempo, ya sea por razones personales o laborales, sentimos que la creatividad y las ganas de seguir adelante en nuestro trabajo se esfuman. Algunos lo consideran señal de depresión; otros, sólo cansancio del cotidiano. A veces, para recuperar el ánimo, sólo se necesita voluntad, pero por lo general se requiere un trabajo personal que implica ciertos pasos prácticos. Compartimos contigo algunas ideas para superar esos momentos difíciles.
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Recordar por qué elegimos esta profesión. Cuando las cosas pierden sentido, resulta útil recordar nuestras elecciones pasadas. ¿Qué me motivó a quedarme en esta profesión o en este trabajo? ¿Cómo era mi rutina antes de estar aquí? Siempre encontrarás algún punto que supere otras experiencias y si no ves la posibilidad de hacer cambios, enfocarte en ese hecho te permitirá recuperar el ánimo.
Hacer una lista de logros personales. ¿Qué barreras has sobrepasado? ¿Qué satisfacciones has tenido en este trabajo? ¿Puedes repetirlas? ¿Tienes más desafíos que te motiven?
Identificar los factores de quiebre. La desmotivación no sucede sin razón. A ratos es personal, pero también puede relacionarse con algún cambio o desventaja surgida en el mismo ambiente laboral. Tener claros cuáles son los factores de quiebre y dimensionar su influencia, te ayudará a manejar el sentimiento de frustración y, desde ahí, puedes comenzar a recuperar el ánimo, con nuevos desafíos o proyectos personales.
Revisa tu autoimagen en el trabajo. Es probable que el desánimo surja de sentirte infravalorado o estancado en lo que estás haciendo. Es bueno preguntarse si la sensación es personal o hay alguna situación externa que la haya gatillado. El análisis frío de la situación te ayudará a encontrar responsabilidades (tuyas o ajenas) y generar conversaciones o cambios. Si crees que puedes mejorar tu desempeño con nuevas oportunidades, no temas pedirlas.
Revisión de las condiciones de trabajo. Es frecuente darse cuenta de que trabajamos demasiadas horas y éstas no se compensan económicamente. La mejor opción es conversar la posibilidad de mejora con tu jefe o la persona de recursos humanos. Si te basas en tus logros obtenidos el año anterior, la negociación puede ser más fácil y un resultado efectivo será siempre un factor que te motive.
Si, luego de realizar un trabajo personal con estos factores aún sientes que no tienes ánimo para seguir, será imprescindible buscar motores externos que te ayuden a generar energía o un cambio definitivo en tu actividad o lugar de trabajo. La peor decisión en no intentar.