La mayoría de nosotros hemos tenido que enfrentarnos a unos de los temores más extendidos en la sociedad occidental: hablar en público, y todo lo que eso conlleva, que es lograr transmitir de forma convincente nuestras ideas, algunas veces de eso depende cerrar ventas, subir de puesto, bueno, infinidad de situaciones en las que seguramente ya has estado, sin embargo, no importa cuántas veces lo hayamos hecho, el miedo y las posibilidades de mejorar siempre están ahí.
Por eso, aquí algunas claves para convertirte en un buen orador.
1.- La claridad es lo primero.
Antes de cualquier cosa, tómate unos momentos y reflexiona en qué es lo que quieres transmitir. Desarrolla en ti esa claridad sobre tu tema, es importante que siempre sepas hacia dónde quieres llegar.
2.- Domina tu tema.
Ensaya y visualízate haciendo la charla, la visualización, según estudios realizados con deportistas funciona en gran medida como el entrenamiento, ¡hazlo! Dominar el tema no solo es saber de qué vas a hablar, también tiene que ver con el material visual y audiovisual que vayas a ocupar, si tienes un equipo a cargo de hacer las presentaciones, no te esperes al último momento para conocer tu presentación.
3. Sé tú.
Y con esto me refiero a 3 puntos súper básicos:
Sencillez, está comprobado que el vocabulario sencillo y simple tiene mucho más impacto, lo importante en realidad, es la pasión que le pongas a cada una de esas palabras.
Sé breve, menos rollo y más claridad.
Sé sincero, no trates de ser distinto a como eres, trata de que la audiencia sienta conexión contigo, que puedan hacer vínculo con cada una de tus palabras.
4.- Conoce tu audiencia.
Investiga qué tipo de personas te escucharán (en qué compañía trabajan, edad promedio, género, qué puesto tienen, etc.) y adapta tu conferencia o presentación a ellos; siempre ten presente a quién le estás hablando.
5.- Y sobre todo…¡relájate!
Utiliza la sonrisa y el sentido del humor (claro, con moderación) para seducir a tu audiencia, mantén una actitud cercana al oyente, y confía en lo que estás diciendo. No olvides que el lenguaje corporal es una de las herramientas más útiles con las que cuentas, acompaña tu mensaje con movimientos, exprésate.
En realidad, podrían haber muchos más, lo importante, lo más importante es que no pienses en los nervios, en tu miedo, sino pensar en los demás, en lo que tú puedes darles, y velo siempre como una excelente oportunidad para vender tu producto, tus ideas, un proyecto. Recuerda: tu eres tu mejor presentación.