El término de growth hacking fue acuñado por Sean Ellis, fundador de Qualaroo, durante 2010. En su búsqueda por definir el perfil empresarial poco tradicional que maximiza cada etapa del embudo de una empresa.

Es, en concreto, redefinir las características de un producto, para generar crecimiento y distribuirlo con canales y acciones con una gran cantidad de leads, a cambio de poco presupuesto.

Se enfoca en la manera en que una marca entiende y analiza a su competencia, a la vez que aprende sus tácticas y estrategias para utilizarlas a su favor.

Las fases del growth hacking incluyen: encaje producto-mercado, estrategias funcionales, escalas de hábitos de consumo, fidelización, optimización, hasta tener las ideas adecuadas para diseñar un producto que sea viral.

Por ejemplo, Spotify o Duolingo, son apps que aplican el modelo freemium, incluido entre el growth hacking.

Quien desarrolla esta estrategia es el growth hacker. Este profesional es el verdadero genio detrás de todo, por lo que para ser exitoso e infalible en su labor, debe tener ciertas características básicas.

La primera, el growth hacker debe ser por demás analítico, ya que deberá calcular ventajas y riesgos, y elegir cuáles se deben correr o no y cómo hacerlo de la mejor manera.

La constante necesidad de conocer más es otro de los sellos de este profesional, deberá estar enterado de las últimas tendencias y tecnologías que le ayuden a resolver con mayor facilidad las necesidades de la compañía. 

En tercer lugar, debe ser un especialista y a la vez “todólogo”. No es programador, ni experto en marketing, pero sí debe estar especializado en ciertos aspectos básicos para la firma en cuestión, dependiendo del giro al que se dedica.

Una característica más es la de trabajo en equipo. El genio detrás necesitará apoyo en la resolución de dilemas menores y esos son justamente los que puede delegar a su equipo, con la capacidad de organizarse a la perfección.

Finalmente, es indispensable que tenga la capacidad de adaptación e implementación de cambios, ya que en esta era digital se presentan diversos panoramas inesperados, que el experto debe resolver rápido y de forma eficaz.

Todas estas características son básicas para el growth hacker, quien afortunadamente tiene a su disposición todas las herramientas necesarias para lograr capacidades que le pueden llegar a faltar, más aún, para tener otras características que den un plus a sus técnicas y estrategias, de cara a una industria necesitada de profesionales mejor preparados.