El romance ha terminado. Marvel está en crisis.
Por tres fases y poco más de una década (del estreno de “Iron-Man” en 2008 al de “Avengers: Endgame” en 2019), Marvel sorprendió a la industria del cine y realizó un evento sin precedentes. Construyó justamente un universo a través de una serie de películas que funcionaban narrativamente de manera independiente, pero que construían además una historia más grande. Culminó justo con “Endgame” consolidándose como un evento cinematográfico y la película más taquillera en la historia con más de 2.79 billones de dólares. Después los resultados han sido encontrados.
Por un lado, estuvo la pandemia que afectó a toda la industria. Por otro, la llegada de series y el interés de extender y profundizar aún más la narrativa transmedia con ello. La intención era que siempre hubiera un contenido de Marvel nuevo para el público. Ello hizo que, por ejemplo, la Fase 4 incluyera 6 películas La fase uno había consistido en seis películas en cinco años. Es decir, el número prácticamente se triplicó en ese tiempo, pero además incluyó otros 8 títulos en series. Actualmente corre la Fase 5 y se tiene ya mapeado hasta la Fase 6 y el año 2027 con películas o series que no se sabe bien a bien cuando llegara, sólo que están en preproducción. Ahora, el punto está en que el incremento de producciones no ha sido equivalente en la taquilla o vistas en Disney+, tampoco en crítica. Las Fases 4 y 5 han tenido los peores resultados en esos frentes y ello tiene a Marvel en crisis y replanteándose todo la estrategia. Estos son los puntos medulares para atacar.
Cantidad y una historia “más grande”
¿Cuánto es suficiente? ¿Cuánto es necesario? El género de súper héroes ha venido creciendo en oferta en los últimos años. Marvel no es el único que los ofrece. Está también DC y otros estudios eventualmente tienen propiedades. En el mejor pensar de Marvel el público siempre quería tener dichos contenidos. No es así. Está la saturación del género. Está el que las historias dependían una de otras y que esa dependencia se fue haciendo mayor. En un principio eso sonaba “emocionante”. Estaba la promesa de que un personaje que aparecía como secundario en una película o serie luego reaparecería en otra y quizás sería el principal. Daba la sensación (y lo hacía) de construir algo más grande. Sin embargo, ello también implicaba el tener que ver todo el contenido. Se volvía una obligación y ocasionaba en algunos espectadores el efecto contrario. ¿Para qué ver una historia que no se va a comprender por completo? ¿Qué tal si no se quiere un compromiso por varias películas, series y/o años? Está también una ecuación o principio de conocimiento general y que sucede en la gran mayoría de los casos: a mayor cantidad, menor calidad.
Desarrollo de los productos
Justamente la cuestión de cantidad, más en menos tiempo y para más medios, ha hecho que los productos tengan tiempos menores de desarrollo, producción y postproducción. Hay muchos elementos que se reflejan aquí y que se han visto precisamente en cambios de fechas de estrenos. “The Marvel” que llega ese mes iba a hacerlo hace un par de años, luego en febrero de este año, pero no estaba lista y tuvo que cambiar fecha de estreno con “Ant-Man y Wasp: Quantunmania” que estaba más adelantada, pero tampoco necesariamente lista. De hecho, a la película se le criticaron los acabados de los efectos especiales. Los trabajadores del área de efectos especiales de Marvel han creado recientemente un sindicado para exigir mejores condiciones laborales que incluyen más remuneración, pero también tiempos adecuados y horarios de trabajo en un rango estándar. Han destacado que en más de una producción el tiempo que tienen para entregar los efectos especiales es reducido y ello afecta desde luego el resultado. Vaya, en series como “She-Hulk”, en una práctica por completo atípica, se lanzo un episodio con efectos visuales regulares o “borrosos” y luego, poco tiempo después, se hizo la corrección. Es uno de varios casos.
Otro más tiene que ver con la dinámica Marvel para autorizar series y que funcionaba como si se tratara de películas. No se hacían pilotos, lo habitual, y que permite ver desde un principio cómo corre el proyecto y qué podría ajustársele antes de ordenar toda una temporada. Para “Daredevil: Reborn” se grabaron varios capítulos. Las huelgas de guionistas y actores detuvieron la producción y permitieron que ejecutivos y expertos vieran el material y se percataran de que tenía problemas. Ahora, se está reescribiendo y se volverá a filmar. Si los productos se desarrollan mejor en la etapa de preproducción ello no sucedería o se reduciría.
Presupuesto
La falta de desarrollo ha afectado los presupuestos y hecho que se vuelvan volátiles. En términos de series, un capítulo de “She-Hulk” llegó a costar 25 millones de dólares. Es elevadísimo y equivale a mucho más de lo que una temporada completa de otras series cuesta. En la pantalla grande pareciera que con cada producción Marvel tenía que incrementar el presupuesto lo que invariablemente significaría que la taquilla tendría que incrementar también y ni uno ni lo otro es cierto. Una película no es mejor por tener más presupuesto. Ahora mismo “The Marvels”, secuela de “Capitana Marvel” y que conecta también con las series “Wandavision” y “Ms. Marvel” se enfrenta justo a ello. El presupuesto que tiene es de más de 220 millones de dólares; las proyecciones indican que recaudará menos de 100, alrededor de 80, el primer fin de semana en EE. UU. Ese debut crea una proyección de menos de 500 millones de dólares para el cierre de exhibición. Su antecesora costó 175 y recaudó 1.31.
Ahora Marvel plantea un análisis más cuidadoso y una mejor definición de los proyectos, permitiéndoles contar con súper producciones, pero también títulos con presupuestos más reducidos. “Blade” reboot de la propiedad y que se introduciría al universo en 2025 es justamente el caso. Marvel está justamente explorando la posibilidad de que el filme se realice con menos de 100 millones de dólares.
Colaterales y el talento
Adicional a lo anterior está un elemento sobre el que Marvel tiene menos control, pero sobre el que quizás pueda tomar ciertas medidas. Es la conducta, los comentarios o la personalidad del talento. Lo enfrentó con James Gunn, director de la trilogía “Guardianes de la Galaxia”, de quién salieron viejos tweets haciendo comentarios inapropiados. Se resolvió y pudo regresar para el último filme. Ahora es el caso de Jonathan Majores, actor norteamericano acusado de abuso y violencia. Majors es Kang, el conquistador, el villano principal (como lo fuera Thanos) en la línea narrativa actual. Ha aparecido ya en la serie “Loki” y en “Ant-Man y Wasp: Quantunmania”. No obstante, las acusaciones que se le hacen no son pocas y han modificado la imagen del actor y su percepción ante el público, afectando, desde luego, aquello con lo que se le asocie. ¿Querrá ver el público un título donde un personaje central tiene dichas acusaciones? Casos similares como los de Kevin Spacey o Will Smith han demostrado que no. Más aún, ¿qué pasará si es encontrado culpable y enviado a prisión? Marvel está replanteándose qué hacer con Majors, ¿lo sustituyen con otro actor? ¿Cambian de villano? Pero ello, desde luego, tiene implicaciones que son como un efecto dominó.
El talento es de hecho un aspecto sobre el que Marvel busca encontrar el equilibrio. Han tenido contratos por varios filmes con algunos actores. Con otros han sido por proyecto. Es un aspecto completo pues el público asocia al personaje con una figura y quieren verla de nuevo. Implica que con un éxito, los actores busquen, como es natural y lógico, una mejor remuneración. Marvel sabe que hay una dependencia, pero busca que sea menos drástica.