“No es el más fuerte ni el más inteligente quien sobrevive, si no quien mejor se adapta al cambio”. Así versa la teoría de la evolución de Darwin, y creo que hoy más que nunca aplica con las empresas que luchamos frente a la contingencia.

Hoy cumplo 40 días en mi casa y me puse a reflexionar sobre la situación que estamos viviendo, he llegado a la conclusión de que ha traído cosas positivas y negativas para los negocios, si bien la crisis nos afectará a todos de distintas maneras, y me ha traído bastantes complicaciones, también nos hace conscientes de cosas que no teníamos previstas o en cuenta.

A continuación menciono algunas cosas que esta pandemia me ha llevado a replantear.

• Trabajo remoto.

Hace unos meses no me hubiera imaginado a todo mi equipo haciendo home office, hubiera creído que los resultados serían desastrosos, pero hoy me asombra la lealtad y el profesionalismo con el que mi equipo (compuesto por millennials casi en su totalidad) ha respondido a esta forma de trabajo. Sé de empresas que antes de la contingencia ya se estaban adaptando a trabajar vía remota, para así tener ahorros en infraestructura y al mismo tiempo dar comodidades a sus trabajadores como comer en casa y la flexibilidad para realizar algunas tareas. Antes de la pandemia evaluábamos la posibilidad de migrar a unas oficinas más grandes y ahora me cuestiono si deberíamos mudarnos a unas más pequeñas y optar por esquemas más flexibles para realizar labores y reuniones de forma remota.

• Nuevas formas de hacer las cosas.

Normalmente salgo de la ciudad a reuniones 5 ó 6 veces al mes, una cantidad mayor de lo que he salido de mi casa esta cuarentena; hay procesos que hemos simplificado para poderlo hacer vía remota o en mejores tiempos para adaptarnos a los cambios que se han suscitado. La cuarentena nos ha forzado a abordar problemáticas desde perspectivas que no habríamos pensado, y a mi parecer muchos de esos cambios llegaron para quedarse.

• Estar online.

Hay un boom de empresas que quieren ofrecer sus servicios online y aunque no todas están preparadas, en algún momento debemos comenzar. No sucederá de la noche a la mañana pero el migrar o complementar la manera de hacer negocios en el mundo digital no sólo nos permitirá darle la cara de mejor forma a la pandemia y sobrevivir como empresas, también nos abrirá las puertas para llegar a públicos que antes no habíamos contemplado por la situación geográfica.

• Cautela económica.

Seguramente fuimos muchos los que comenzamos el año con el pie derecho pensando en el crecimiento que tendríamos y hoy estamos a la expectativa de lo que sucederá en los próximos meses. La pandemia nos ha hecho darnos cuenta de que hasta las empresas más grandes son vulnerables si cambian las condiciones del mercado, nos ha hecho reflexionar sobre lo que estamos haciendo y lo que podemos modificar para ser económicamente más eficientes y mantenernos con números sanos ante esta situación. Sin duda habrá muchas prácticas o gastos que no queríamos ver o cortar y que no resultan necesarios en la cadena de valor, generando recursos que pueden invertirse de mejor forma.

• Vida familiar.

Aunque con todos los cambios que se han suscitado tengo más pendientes y cosas que atender que nunca, pero me he dado tiempo de comer con mi familia todos los días (cosa que no había hecho en años), gestiono mi tiempo para convivir con mi hijo y atender todas las solicitudes que la empresa demanda y eso es algo que me resulta extraordinario.

Aprendí que sí se puede lograr un equilibrio y regresando a la normalidad buscaré la manera de mantenerlo lo más posible.

Estos son los hallazgos positivos y cambios en la forma de laborar que he encontrado a causa de la pandemia, y a ti ¿qué cosas buenas te ha traído?