Santiago, Chile.- Si trabajar solo es complicado, hacerlo en equipo es todo un arte, sobre todo si pretendemos buenos resultados. Cualquiera sea la industria en la que nos movamos, el ego de cada uno suele interponerse en el camino y la necesidad de hacer notar el aporte propio se convierte en una barrera. Compartimos con ustedes algunos tips para evitar esa tendencia y optimizar la relación entre los miembros del equipo.
El psicólogo chileno Marcial Losada, quien ha desarrollado una interesante carrera internacional, investigando la conducta de los equipos de trabajo de alto, medio y bajo rendimiento, señala que hay varios aspectos que determinan el éxito de un equipo:
Balance. La mitad de las veces cada miembro del equipo escucha la opinión de los otros y la mitad de las veces da la suya. Asimismo todos están conscientes que la mitad de las veces el contenido se refiere a ellos y la otra mitad, a los otros. Si se provoca un desequilibrio en esto (que el jefe, por ejemplo, valore sólo su propia opinión sobre los demás) provoca relaciones que tienden a dar como resultado un bajo o mediano rendimiento.
Espacio emocional. Si bien la vieja escuela sigue insistiendo en la jerarquía y el mandato donde se privilegia a unos pocos, la tendencia exitosa dice otra cosa. En los equipos de alto rendimiento, se prioriza el espacio emocional igualitario, en el que el líder escucha y valora todos los aportes, sin preferencias evidentes, con lo que se logra un ambiente positivo y propositivo.
Meta común clara. Lo que une al equipo es una meta que lo moviliza, la que cada uno de los integrantes deben sentir como propia. De esa forma todos “se pondrán la camiseta”
Liderazgo emocional. Independientemente de la conformación igualitaria del equipo, es necesario que exista un conductor. Este poseer un liderazgo emocional para generar un ambiente ideal para el positivismo, la confianza y la energía necesaria para alcanzar las metas, además de barrer el miedo a los errores. Es decir, un espacio para la creatividad.