La reputación e imagen de los líderes de cualquier empresa son aspectos vitales en la construcción de sus marcas y el florecimiento de su negocio. Esta premisa es vital para desarrollar acciones de marketing efectivas.
Datos mundiales entregados por Weber Shandwick indican que el 44 por ciento de Chief Executive Officers aseguran que el valor de una marca es atribuido a la reputación de su CEO.
Lo anterior podría parecer una obviedad; sin embargo, lo que resulta realmente interesante es definir aquellos elementos que hacen de un CEO un activo de valor y aporte para cualquier marca.
La importancia del discurso
Según un reciente estudio elaborado por The Boston Consulting Group cinco son los factores a evaluar en este sentido:
- Una base narrativa estratégica convincente basada en hechos y convincente, claramente definida y bien comunicada.
- Una selección de movimientos estratégicos con ventajas competitivas, suficientes para poner retos a los distintos equipos de trabajo que forman la compañía.
- Interacciones inteligentes con las partes interesadas, respetando, pero redefiniendo sus expectativas.
- Movilización incesante de la organización: conectarse directamente con el equipo de liderazgo para ayudar a reforzar los valores de la empresa y aumentar la cooperación.
- Dejar una huella positiva duradera que permita a la empresa adaptarse y rejuvenecer los próximos años.
Al centrarnos en el primer punto, es vital que los líderes empresariales sostengan discurso su narrativas capaces de demostrar el lado más innovador y vanguardistas de sus marcas.
4 términos sin vigencia
De tal suerte, es común escuchar términos que, sobre todo en medio del boom digital, poseen esta característica; no obstante, es cierto que muchos de estos conceptos han perdido vigencia debido a que, por un lado, se han convertido en lugares comunes o bien carecen de un verdadero significado que aporte de la dinámica del mercado.
Con esto en mente, desde Contently han enumerado las cuatro palabras que toda marca -y sus CEO’s- deben evitar ante lo “tóxicos” que pueden resultar como consecuencia de su incorrecto y desmesurado uso:
Transformación digital
Quizás un término que sin ser nada nuevo, tiene la capacidad para llevar a muchas empresas a invertir grandes cantidades de dinero. Aunque podría parecer un término que habla de la innovación que demanda el mercado actual, la realidad es que , a decir de la fuente citada, se trata de un concepto que sólo es utilizado por aquellas firmas que se encuentran en la “Edad de Piedra” de internet. Todo el mundo habla de la transformación digital, pero pocos tienen claro qué significa.
Nanoinfluencers
A decir de una publicación de The Guardian, los nanoinfluencers son usuarios de influencia que con una base de entre entre mil y 5 mil seguidores han logrado colocarse en boga.
Ante la velocidad con la que el influencer marketing ha evolucionado, este término podría sobrar. Ya es bien sabido que el numero de seguidores poco tiene que ver para que una persona tenga la capacidad de influir a favor de una marca.
Zillennial
El término ha surgido para nombrar a aquellos consumidores que se encuentran entre los millennials y la generación Z. Se trata de jóvenes de aproximadamente 20 años que no se identifican con los millennials pero tampoco con los centennials.
Aún cuando muchos consumidores se identifican con esta nueva segmentación, lo cierto es que el marketing ha demostrado que ya no existen generaciones de consumidores definidas por edades; ahora las marcas se enfrentan a targets agnosticos que responden a estilos de vida particulares que bien pueden definir a una persona de 50 años como a una de 18 años.
Customer-centric
Por desgracia, este término se ha convertido en un mainstream que pocas empresas han logrado entender y llegar efectivamente a la práctica. Muchos líderes del sector se convencen a sí mismos de que sus estrategias son “customer-centric”, pero en repetidas ocasiones no ven más que un gran número de consumidores sin prestar atención al lado más sensible e individual de sus públicos meta.