Sí, Apple sigue siendo hoy una marca vigorosa, que goza de una lealtad por parte de sus clientes casi incuestionable. Sólo en ventas, las cifras de la compañía son apabullantes. Durante los primeros meses de 2015 se vendieron 74 millones de iPhones alrededor del mundo, y durante el resto del año ha llegado a vender otros 156.7 millones de teléfonos inteligentes. Pero ¿qué tanto de su éxito se debe a la inercia del efecto Steve Jobs?
El más reciente golpe que sacudió a los fans de Apple -porque Apple es una marca tan exitosa que no tiene consumidores, tiene fans -fue el lanzamiento de la funda cargadora que no sólo es poco atractiva, sino que es impráctica, es un subproducto que enfatiza ante los consumidores una de las grandes debilidades del teléfono -la corta duración de la batería- y encima tiene una horrorosa joroba que otros modelos de fundas cargadoras no tienen.
La lista de analistas y expertos tanto en tecnología como en marketing que opinan que Apple está perdiendo el cúmulo de ingredientes mágicos que hicieron de la marca un hito del nuevo milenio, sigue expandiéndose. Y tal vez no estén equivocados. Después de todo, Apple ha perdido cuota de mercado recientemente. Mientras que en diciembre de 2014 la compañía poseía un 23 por ciento de cuota de mercado en teléfonos móviles a nivel global, un año después ha bajado a 19.3 por ciento, una caída de casi cuatro puntos en doce meses. Sólo el tiempo dirá si se trata de una tendencia que se perpetúe en el tiempo.
Mientras eso ocurre (o no), aquí te damos cuatro argumentos que explican por qué Apple está perdiendo la magia que una vez tuvo.
- Sistemas operativos cada vez más complicados. Una de las poderosas razones que le ganó al iPhone tantos nuevos usuarios en un inicio fue un sistema operativo que, según la empresa, pudieran usar tanto personas de 5 años como de 95. Pero de acuerdo con Theo Priestley, colaborador de Forbes, “Apple se ha olvidado a los clientes que originalmente se hicieron fans del iPone y el iPad que ahora no se pueden adaptar a sus nuevos productos debido a un sistema operativo demasiado complicado que favorece a los usuarios capaces de adaptarse, y al hacerlo, ha alienado a un amplio espectro de usuarios potenciales y existentes”.
- Tratar de complacer a todos. Existen personas a las que nunca les ha gustado Apple y nunca les gustará, algo con lo que la compañía parecía lidiar bastante bien. Pero parece que hoy, en una carrera por ganar cuota de mercado, Apple está tratando de complacer a una audiencia cada vez mayor, lanzando una gama cada vez más amplia de productos, y en el proceso, está perdiendo distinción. Por años, la compañía sólo vendía un modelo de iPhone, y el usuario sólo tenía que elegir entre dos colores y el tamaño de la memoria. El usuario no compraba un iPhone, compraba EL iPhone.
- Un abuso de la obsolescencia programada. Ninguno de los productos de Apple es barato, y desde hace unos años, el ritmo con el que la compañía lanza no sólo nuevos productos sino nuevos sistemas operativos y actualizaciones ha llegado a agobiar a usuarios que ven cómo su antes flamante teléfono es cada vez más lento y torpe, teniendo que procesar el nada sutil mensaje de que ya es tiempo de comprar un nuevo teléfono.
- Se han revelado contra el legado de Steve Jobs. Es verdad que había mucho de necedad y ego en la filosofía que Jobs imprimió a Apple, pero también es cierto que el fundador de la compañía tenía algunas cosas claras que hicieron que la marca se distinguiera del resto. Un teléfono más grande que una mano humana (iPhone 6 plus), comprar innovaciones tecnológicas en lugar de crearlas (audífonos Beats), o un lápiz o “Stylus” (Apple Pencil) en lugar de usar sólo los dedos, volverían a matar a Jobs si siguiera vivo el día de hoy. “¿Quién quiere un stylus? Tienes que sacarlos, guardarlos y se suelen perder. Nadie quiere un stylus, así que no los usemos. Dios nos dio diez stylus, no inventemos otro”.