Santiago, Chile.- Todos los días escucho a una o dos personas quejarse por su trabajo. Que el salario no alcanza, que quisiera estar en otra parte, que su vida personal no existe porque vive en la oficina, que su actividad está matando la creatividad, etcétera, etcétera. Sin embargo, son pocos los que se atreven a emprender o hacer un cambio significativo. Sucede que el miedo al fracaso es más fuerte y la mayoría prefiere permanecer en la zona de confort antes que enfrentarse a lo incierto e intentar la reinvención. Pero no debe ser así, con una buena planificación es posible cambiar de vida y de paso ser más feliz.
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Lo primero es generar un cambio de mentalidad. “Yo puedo” debe ser el mantra personal. Entonces es necesario revisar las propias habilidades para saber con qué herramientas se cuenta. Todos tenemos fortalezas y debilidades. Conocer las tuyas es el primer paso. Si odias hablar en público, no pretendas ganarte la vida dando charlas. Una suma considerable de dinero puede irse rápidamente si tienes que pagar un psicólogo cada vez que te invitan a un congreso.
Diseña un plan de acción. Encontraste una o dos actividades que realmente quisieras realizar. Ahora investiga de qué forma puedes llegar a ellas. ¿Vas a ser empleado o independiente? ¿Necesitas recursos concretos o estás en condiciones de generar un servicio? ¿Cuánto tiempo tomará para implementar tu nueva vida? Respondiendo estas preguntas, puedes diseñar tu plan de acción como una estrategia con tiempos determinados, porque no se trata de abandonar tu actual trabajo y recién comenzar a pensar. A menos que hayas ganado la lotería, el proceso debe ser paralelo para evitar angustias y tener éxito en tu gestión.
Construye una red profesional. Ya tienes tu cuenta en LinkedIn. Es tiempo de buscar contactos que sean más que un número. Construir una red de profesionales que puedan guiarte o ser parte de tu reinvención será el siguiente paso. Pregunta, investiga, aprende de ellos y sus empresas. Escucha y archiva toda la información que puedas.
No dejes de moverte y comunicar tus intenciones. Las oportunidades pocas veces golpean la puerta. La reinvención requiere pro actividad. La atención a los detalles, conversaciones y estar al tanto de lo que sucede en el mercado, abrirá las puertas para que puedas ingresar por una de ellas. El movimiento también implica comunicar tus intenciones de cambio. Así facilitarás conversaciones y contactos que serán más que útiles cuando llegue el momento.