La economía mundial se acerca al precipicio de una recesión generalizada y en algunos casos de una crisis declarada. Los analistas financieros apuntan a una año complicado para la economía norteamericana y eso normalmente augura problemas para los países que viven de su cadena de suministro. México por otro lado llegará al 2020 lleno de optimismo, por lo menos desde la perspectiva del consumidor, el índice de confianza del consumidor reportado por el INEGI ha mostrado una tendencia positiva desde la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Aunque el crecimiento económico no ha llegado, los consumidores se sienten sumamente confiados en que las cosas mejorarán y por lo pronto han mantenido el consumo a través del crédito. Una situación similar a la vivida con el gobierno de Vicente Fox Quesada y aunque los dos gobiernos distan en sus estrategias, coinciden en que los consumidores los dotaron de mucha esperanza y en los dos casos la confianza del consumidor se comportó de manera inversa al crecimiento económico en sus primeros años de gobierno. Esto implica necesariamente un panorama de oportunidades como sucede en toda época de crisis.
Seguridad versus inseguridad
He escrito en columna anteriores que el segmento de seguridad personal subirá en el 2020; industrias como el blindaje ha visto años récord de ventas. Sin embargo, la seguridad va más allá de la probabilidad de ser despojado o perder la vida. El consumidor entiende inseguridad como la pérdida de confianza en que podrá vivir su vida sin recibir un reto o agresión. La mejor forma de entender esto es a través del acoso constante que sufren las mujeres en México, este crea inevitablemente una sensación de inseguridad. Las marcas deben entender esto como una oportunidad importante para ayudar a resolver el problema, por lo menos hasta donde le permitan sus posibilidades. Un ejemplo de esto son las apps que a través de bocinas inteligentes de Amazon han permitido a los consumidores reportar un abuso mediante palabras clave. La idea es simple, con mencionar una frase clave la bocina inteligente podría reportar una agresión a familiares o personas de confianza. Otro ejemplo más sencillo fue Carl’s Jr. que mantuvo en sus restaurante a personas en resguardo durante la crisis de seguridad en Culiacán. En menos palabras, las marcas que comprendan su rol de facilitadores de la seguridad verán mayor favor de los consumidores.
Entrega de comida y perecederos al hogar
Otra oportunidad importante también ligada a la seguridad pero de la mano de la comodidad será el food delivery, categoría que crece cada año a pasos enormes en México. La llegada de Rappi es un claro ejemplo, pero podría también considerarse parte de una fenómeno mayor. La compra de la despensa a través de e-commerce comienza a ser un dato importante. Según cifras obtenidas por el Departamento de Investigación de Merca2.0 la suma de las ventas de Superama y Walmart rebasaron los 278 millones de dólares en 2018. El consumidor latinoamericano se siente cómodo recibiendo comida en casa, ya sea preparada o para consumo futuro. Este fenómeno está ligado a la necesidad de permanecer en casa, tanto por comodidad como por la sensación de inseguridad. Veremos un 2020 en el que el crecimiento de oferta direct-to-consumer tomará un poder especial para el cliente final.
Voice search marketing
De manera interesante veremos la llegada de servicios basados en búsquedas de voz. Un ejercicio que muchos consideran lejano pero que irónicamente ya es parte del día a día de los consumidores ávidos de Waze. Los consumidores se han acostumbrado lentamente a buscar cosas a través de la voz y lentamente veremos que esa práctica se llevará a bocinas inteligentes. El Black Friday y Cyber Monday vieron la llegada de numerosas ofertas para bocinas inteligentes y la oferta de Apple, Google y especialmente Amazon comienza a filtrarse a los hogares mexicanos. Claro, el primer frente de la búsqueda por voz seguirá siendo Siri y Google Now en los teléfonos móviles.
Sustentabilidad y reciclaje de productos
De la mano de la tecnología veremos acciones más enfocadas en las experiencias físicas. Mientras el consumidor apreciará el uso de smartphones y smart speakers exigirá a las marcas ser más sustentables en sus acciones. En Europa el incremento de ofertas sustentables y la estandarización de los popotes de papel es un indicador claro de que para el consumidor las cosas deben ser tales que el consumo no dañe el planeta. En México hay oportunidades importantes en reciclaje más allá de la recolección de PET, aluminio y basura en general. Es indispensable recordar que a sustentabilidad va más allá del medio ambiente e incluye cómo se aprovecha de manera responsable la cadena de suministro. Empresas, servicios y productos enfocados en este sector verán un resurgimiento importante mientras su entregable sea visible para el cliente. La máxima a comprender es que el consumidor no desea pagar más por servicios y productos sustentables por lo que la mezcla sólo funcionará en la medida en que sea transparentemente beneficiosa para el consumidor final.