• Las reglas en la oficina han cambiado a la par de las nuevas generaciones, por ejemplo aquella de la formal corbata que ya no es necesaria para considerarte “serio”.

• La productividad es una de las características más valoradas por las compañías en la actualidad.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un estudio respecto al nivel de estrés en los trabajadores en el mundo. Encontró que México tiene el primer lugar en estrés en la oficina, por encima de países como China.

Y es que algunas empresas mantienen rígidas las tradicionales reglas, por lo que la creatividad no fluye entre todos.

UNO. Las reglas en la oficina han cambiado a la par de las nuevas generaciones, por ejemplo aquella de la formal corbata que ya no es necesaria para considerarte “serio”. Recordemos el caso de Leonardo Curzio, quien cuestionó en redes sociales: “Por más que intento mantenerme en sintonía con los más jóvenes no concibo usar una mochila de excursión para ir a trabajar; tampoco entiendo porque les resulta humillante usar corbata”. Su propia generación le explicó que las reglas cambian.

DOS. Las relaciones personales ya deberían estar permitidas. La Universidad de Massachusetts, por ejemplo, asegura que las relaciones sentimentales dentro del entorno profesional pueden aumentar la satisfacción laboral e incrementar en un 20 por ciento la productividad, al menos en las primeras semanas de romance. En México el 46 por ciento de los trabajadores asegura que ha tenido un romance en la oficina, ya sea con un compañero cercano o con un superior, de acuerdo con una encuesta de la empresa Trabajando.com.

TRES. El horario no debe ser rígido. El Gobierno Metropolitano de Seúl (SMG) ordenó a las empresas que apagaran los equipos de cómputo de los empleados a las 19:00 horas para que se vayan a casa, esto, luego de comprobar que más horas en La Oficina dañan la vida del empleado y por tanto, su productividad.

CUATRO. Era impensable tener mascotas en la oficina, pero en la compañía informática Ferray, ubicada en Tokio, felinos descansan sobre las piernas de sus empleados y saltan de sus cojines a los teclados con total libertad, porque eliminan el estrés. Una medida que en México aún no resulta común.